El Cardenal Nzapalainga, arzobispo de Bangui, capital de la República Centroafricana, quien en estos días estuvo en el Meeting de Rímini, donde participó en debates, concelebró misa y presentó su libro. “Quien tiene el poder, que baje entre la gente con humildad y pida perdón a los que son los más peueños. La guerra en Ucrania está provocando que África se quede sin grano”, sostiene.
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El Cardenal Dieudonné Nzapalaingaarzobispo de Bangui, capital de la República Centroafricana, desempeñó un rol clave en la pacificación de África Central en 2019. Un rol de mediación, que aún hoy sigue destacando el valor del diálogo para evitar las guerras. Nos reunimos con él en el Meeting de Rimini, donde presentó su libro «Mi lucha por la paz»publicado por la Librería Editorial Vaticana, y donde firmó decenas de ejemplares. Para actuar contra las guerras debemos trabajar juntos y los gobernantes deben dialogar con la gente; las religiones en África han demostrado que saben unirse contra las guerras».
Eminencia: usted aquí en el Meeting de Rímini habló sobre el valor del diálogo, Pero, ¿cuánta voluntad tienen hoy las personas de las instituciones de sentarse a la mesa para detener las guerras que se están produciendo?
Hoy es importante que los gobernantes miren al pueblo. Quien habla de guerra debería mirar primero a la comunidad. Creo que cuando hay problemas, debemos buscar una solución entre nosotros, y si alguien piensa que tiene razón y el otro está equivocado, nunca podremos trabajar juntos. Tenemos que poner las cosas en común y compartir el hecho de que todos somos seres humanos. Por eso pido a los que están en el poder que bajen entre la gente con humildad y pidan perdón a los que son los menos. Este es el camino de la fraternidad y la convivencia.
¿Qué pueden hacer las confesiones religiosas en África y, sobre todo, qué resultados han obtenido?
Nos hemos reunido entre las diferentes religiones de África para decir a los jóvenes que la religión no divide, sino une. Esto es lo que hicimos en África Central durante la guerra. Católicos, protestantes y musulmanes unidos. Cuando miramos la etimología de la palabra «religión», ésta viene del latín «religare», que significa unir y podemos unir con palabras, pero también podemos unir a las personas y, sobre todo, podemos unir a las personas a Dios. Creo que el papel de la religión es ser un puente entre la gente y Dios.
Cardenal Nzapalainga, hablamos mucho del conflicto de la guerra en Ucrania, pero nos olvidamos de las muchas guerras que tenemos en África…
Las guerras que tenemos en África no tienen las mismas causas que la guerra entre Rusia y Ucrania, por supuesto. Sin embargo, lo único seguro es que la guerra es la guerra. Cuando empieza una guerra hay sufrimiento, destrucción y muerte, y eso es lo que hemos visto en África. Pero eso es lo que vemos ahora también en Ucrania. Y la pregunta es: ¿queremos ser indiferentes a esta situación? Somos cristianos y por lo tanto tenemos fe dentro de nosotros y esto no puede dejarnos pasivos e indiferentes ante estas situaciones. No debemos levantarnos solos, sino con todos los miembros de la comunidad. Una palabra muy utilizada ahora por la gente es «resiliencia», pero para nosotros los cristianos la resiliencia no es otra cosa que la Fe que nos hace levantarnos, que nos hace trabajar solos, pero también en comunidad.
Pero, en su opinión, ¿la comunidad internacional se está olvidando de África en estos momentos?
Aquí, en el Meeting de Rímini, desperté la atención sobre las guerras en África, porque África es parte del mundo. Hoy en día, con las conexiones digitales, el mundo es una aldea, lo que ocurre en Ucrania también tiene que ver con lo que ocurre en África. El resultado inmediato es la falta de grano, porque hay países en el norte de África que dependen de Ucrania y Rusia, y ahora vemos la falta de grano en esos países. Por ello, la comunidad internacional no debe olvidar a África, sino integrarla, para que forme parte de todas las naciones.