las crisis modifican los patrones de trata y dificultan la identificación de las víctimas

© UNODC; Pintura de Yasser Razahi

Viena (Austria), 24 de enero de 2023 – Se están identificando menos víctimas de la trata de personas incluso cuando la pandemia de COVID-19 y otras crisis están aumentando las vulnerabilidades a la explotación, según el último Informe mundial sobre la trata de personas lanzado hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

El número de víctimas detectadas a nivel mundial se redujo en un 11 % en 2020 con respecto al año anterior, impulsado por menos detecciones en países de ingresos bajos y medianos. La pandemia, además de reducir las oportunidades para que los traficantes operen, puede haber debilitado las capacidades de las fuerzas del orden público para detectar víctimas.

“Este último informe muestra cómo la pandemia ha aumentado las vulnerabilidades a la trata de personas, socavando aún más las capacidades para rescatar a las víctimas y llevar a los delincuentes ante la justicia”, dijo la Directora Ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly. “No podemos permitir que las crisis agraven la explotación. La ONU y la comunidad de donantes deben apoyar a las autoridades nacionales, sobre todo en los países en desarrollo, para responder a las amenazas de trata e identificar y proteger a las víctimas, especialmente en estados de emergencia”.

El séptimo Informe mundial sobre la trata de personas de la UNODC cubre 141 países y proporciona una descripción general de los patrones y flujos de la trata de personas a nivel mundial, regional y nacional, con base en los casos de trata detectados entre 2017 y 2021. Los hallazgos se basan además en el análisis de 800 resúmenes de casos judiciales y acompañado de sugerencias detalladas para los formuladores de políticas para ayudar a formular respuestas efectivas.

Se detectaron menos casos de trata con fines de explotación sexual durante la pandemia, ya que los espacios públicos estaban cerrados y las restricciones relacionadas pueden haber empujado esta forma de trata a lugares más ocultos y menos seguros, lo que dificulta la identificación de las víctimas.

A nivel mundial, el número de condenas por delitos de trata también se redujo en un 27 % en 2020 con respecto al año anterior, con disminuciones más pronunciadas registradas en el sur de Asia (56 %), América Central y el Caribe (54 %) y América del Sur (46 %). por ciento), acelerando una tendencia a más largo plazo registrada por la UNODC desde 2017.

El análisis de casos judiciales presentado en el informe muestra además que las víctimas de la trata, cuando son identificadas, escapan de los traficantes por su cuenta y, de hecho, se ‘autorescatan’; hay más casos de víctimas que escapan y denuncian a las autoridades por su propia iniciativa ( 41 por ciento) que los casos en que las víctimas fueron localizadas por las fuerzas del orden (28 por ciento), miembros de la comunidad y la sociedad civil (11 por ciento). Esto es especialmente alarmante si se tiene en cuenta que es posible que muchas víctimas de la trata no se identifiquen como víctimas o que tengan demasiado miedo de sus explotadores como para intentar escapar.

El informe también detalla cómo la guerra y el conflicto ofrecen oportunidades para que los traficantes las exploten. Muestra que la guerra en Ucrania está elevando los riesgos de trata para la población desplazada. La mayoría de las víctimas resultantes de los conflictos se originan y son traficadas a países de África y Oriente Medio.

Al desglosar las estadísticas de trata de personas por región, el informe muestra niveles más altos de impunidad en el África subsahariana y el sur de Asia. Los países de estas regiones condenan a menos traficantes y detectan menos víctimas que el resto del mundo. Al mismo tiempo, las víctimas de estas regiones se identifican en una gama más amplia de países de destino que las víctimas de otras regiones.

El Informe mundial sobre la trata de personas de 2022 también examina los casos judiciales que muestran que las mujeres víctimas están sujetas a violencia física o extrema a manos de los traficantes a un ritmo tres veces mayor que los hombres, y los niños son víctimas casi el doble que los adultos.

Al mismo tiempo, las mujeres investigadas por trata de personas también tienen muchas más probabilidades de ser condenadas que los hombres. Esto sugiere que el sistema de justicia puede discriminar a las mujeres y/o que el papel de las mujeres en las redes de tráfico puede aumentar la probabilidad de que sean condenadas por el delito.