EG.5 es un sublinaje de la variante omicron y se ha detectado en los Estados Unidos y varios otros países, incluidos China, Corea del Sur y Japón, según informes de prensa.
“Sigue existiendo el riesgo de que surja una variante más peligrosa que podría causar un aumento repentino de casos y muertes”, dijo.
Tedros recordó que han pasado tres meses desde que declaró el fin de la COVID-19 como una emergencia sanitaria mundial, aunque en ese momento advirtió que sigue siendo una amenaza.
Desde entonces, el número de casos notificados, hospitalizaciones y muertes en todo el mundo ha seguido disminuyendo.
Disminución de informes de COVID-19
Mientras tanto, la cantidad de países que informaron datos a la OMS también disminuyó significativamente. El mes pasado, solo el 25 por ciento informó sus muertes por COVID-19 y solo el 11 por ciento informó sus hospitalizaciones y admisiones en la unidad de cuidados intensivos.
Tedros dijo que el riesgo de enfermedad grave y muerte es mucho más bajo que hace un año, debido al aumento de la inmunidad de la población, ya sea por vacunación, infección o ambas, y por el diagnóstico temprano con una mejor atención clínica.
“A pesar de estas mejoras, la OMS continúa evaluando el riesgo de COVID-19 para la salud pública mundial como alto. El virus sigue circulando en todos los países, sigue matando y sigue cambiando”, agregó.
Recomendaciones para países
En respuesta, la OMS ha publicado recomendaciones para los países, que incluyen la actualización de sus programas nacionales de COVID-19 para avanzar hacia una gestión sostenida de la enfermedad a más largo plazo.
También se les insta a continuar con la vigilancia colaborativa para detectar cambios significativos en el virus, así como tendencias en la gravedad de la enfermedad y la inmunidad de la población.
Tedros pidió a todos los países que informen los datos de COVID-19, especialmente sobre muertes y enfermedades graves, secuencias genéticas y efectividad de las vacunas.
Los gobiernos deben continuar ofreciendo vacunación contra la enfermedad, especialmente para los grupos de mayor riesgo, y garantizar el acceso equitativo a las vacunas, las pruebas y el tratamiento.
Casi siete millones de personas han muerto por COVID-19 y ha habido más de 769 millones de casos confirmados en todo el mundo.
El virus surgió por primera vez en Wuhan, China, a fines de 2019 y la OMS declaró la pandemia mundial en marzo siguiente.