Expertos del organismo de control nuclear de la ONU estuvieron presentes para monitorear y evaluar que se aplicaran todas las normas internacionales de seguridad relevantes, como parte de una revisión plurianual de un proceso que podría durar décadas.
La decisión de liberar el agua al mar ha generado críticas en Japón y la región.
Compromiso a largo plazo
La OIEA ha estado proporcionando datos en tiempo real sobre la liberación controlada del agua tratada, incluidos los caudales de agua y el seguimiento de la radiación.
“La OIEA se ha comprometido a estar presente antes, durante y después de este proceso”, dijo el director general Rafael Mariano Grossi en una declaración en video.
La central nuclear de Fukushima Daiichi sufrió importantes daños durante un terremoto y un tsunami en marzo de 2011.
Desde entonces, se bombea agua continuamente para enfriar los reactores de la planta. El agua subterránea también se filtra en el lugar y el agua de lluvia cae en el reactor y el edificio de turbinas dañados.
‘Impacto radiológico insignificante’
El agua entró en contacto con combustible derretido, restos de combustible y otras sustancias radiactivas, lo que provocó contaminación. Fue tratado y diluido mediante un proceso de filtración llamado Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS) y almacenado en tanques especialmente preparados.
En junio, había unos 1.000 de estos tanques con más de un millón de metros cúbicos de agua tratada.
Un informe de la OIEA publicado el mes pasado dijo que el enfoque y las actividades de Japón para descargar el agua tratada eran «consistentes con las normas de seguridad internacionales pertinentes».
Además, los “vertidos controlados y graduales” del agua tratada tendrían un “impacto radiológico insignificante” sobre las personas y el medio ambiente.
Datos de la descarga de agua tratada de Fukushima Daiichi ALPS.
Reseñas y críticas
El informe fue el resultado de casi dos años de trabajo realizado por un grupo de trabajo de la OIEA compuesto por destacados especialistas de la agencia asesorados por expertos en seguridad nuclear reconocidos internacionalmente de 11 países.
El Grupo de Trabajo llevó a cabo cinco misiones de revisión a Japón, publicó seis informes técnicos y se reunió muchas veces con funcionarios del Gobierno y de la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), el operador de la planta nuclear.
La decisión de Japón de verter el agua tratada al mar generó críticas tanto en el país como en algunos países vecinos, según informes de los medios.
Se han producido protestas allí y en la República de Corea.
China también anunció el jueves que prohibirá inmediatamente los productos del mar provenientes de Japón.
