Cruzar la selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, y su infame y llamado Tapón del Darién, es una tarea ardua, que involucra caminatas sobre montañas escarpadas, aguante lluvias torrenciales y vadear ríos rápidos. Los que se desplazan también corren el riesgo de sufrir robos y violaciones.
El peligroso viaje habla no solo de la desesperación sino también de la determinación de quienes buscan una vida mejor, o escapan de la violencia y la persecución, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU.
También destaca la urgente necesidad de actualizar los sistemas de migración y una respuesta unificada y basada en los derechos humanos para prevenir futuras tragedias, dijo Michele Klein Solomon, Directora Regional de la OIM para América Central, del Norte y el Caribe.
El récord del año pasado igualó
Según cifras del Gobierno de Panamá, más de 250.000 personas cruzaron a pie la selva en los primeros siete meses de 2023, igualando la cifra total de todo 2022, que fue la cifra anual más alta registrada.
Entre los que cruzan la selva hay personas de Venezuela (55 por ciento), Haití (14 por ciento) y Ecuador (14 por ciento), así como personas de Colombia, Perú e hijos de padres haitianos nacidos en Chile y Brasil.
También hay gente de lugares tan lejanos como China, Afganistán y Nepal, que está a casi 10.000 millas o 16.000 kilómetros de distancia.
Necesidad de un enfoque colaborativo
La OIM y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) están trabajando con las autoridades nacionales, las comunidades de acogida y otras organizaciones para brindar asistencia humanitaria y de protección.
José Samaniego, Director Regional de ACNUR, dijo que las agencias de la ONU están intensificando sus actividades para abordar las necesidades urgentes de las personas refugiadas y migrantes, especialmente el apoyo crítico en áreas como alimentación, albergue y atención médica.
Al mismo tiempo, se requiere un enfoque colaborativo, integral y regional para responder mejor a las necesidades humanitarias y de protección de las personas en movimiento en América Latina y el Caribe, instaron las agencias de la ONU.
