Hablando en nombre del Sur global, pidió reformar los sistemas financieros internacionales y aumentar el apoyo al desarrollo sostenible y la acción climática.
Cuba fue sede la semana pasada de la cumbre del Grupo de los 77 (G77) y China, la organización de países en desarrollo más grande de la ONU, que comprende a más de 130 naciones.
Contra la renovada ‘dominación’
Díaz-Canel recordó que el bloque se estableció hace 60 años “para reparar siglos de injusticia y abandono” y representa alrededor del 80 por ciento de la población mundial.
Los países del G77 “no sólo tienen el desafío del desarrollo; también tienen la responsabilidad de modificar aquellas estructuras que nos marginan del progreso social y convierten a muchos pueblos del sur en laboratorios de formas renovadas de dominación”, dijo, añadiendo que “es imperativo un nuevo contrato global más justo”.
ODS en peligro
El líder cubano abordó el estancado progreso hacia el logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un foco especial de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU de este año.
Los líderes mundiales adoptaron los ODS hace ocho años como un plan para un mundo mejor, con promesas que incluyen poner fin a la pobreza y el hambre, garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad y proteger el medio ambiente natural para 2030.
Ante la proximidad del plazo, «el panorama es sombrío», afirmó, señalando que 800 millones de personas siguen pasando hambre mientras que 760 millones, dos tercios de ellos mujeres, no saben leer ni escribir.
Reformar las finanzas globales
Díaz-Canel subrayó que los esfuerzos de los países en desarrollo no son suficientes para hacer realidad las metas y deben ser apoyados con acciones concretas para brindar acceso a los mercados, condiciones de financiamiento más justas, transferencias de tecnología y cooperación norte-sur.
“El G77 reclama derechos y seguirá exigiendo una transformación profunda de la actual arquitectura financiera internacional porque es profundamente injusta, anacrónica y disfuncional, porque fue diseñada para lucrar con las reservas del Sur para perpetuar un sistema de dominación que aumenta subdesarrollo y replica un patrón de colonialismo moderno”, afirmó.
Cumbre climática
En cuanto a la crisis climática, criticó a las naciones industrializadas por no cumplir con sus compromisos globales, incluido el de movilizar 100 mil millones de dólares anualmente para ayudar a los países en desarrollo con la mitigación y la adaptación.
Dijo que el G77 celebrará una Cumbre de Líderes del Sur en el contexto de la conferencia climática de la ONU COP28 en Dubai a finales de este año.
“La COP28 mostrará si más allá de los discursos, existe o no una voluntad política real por parte de las naciones desarrolladas para lograr los acuerdos necesarios en este campo que no pueden posponerse más”, afirmó.
El Presidente también se pronunció contra las “medidas coercitivas unilaterales, eufemísticamente llamadas sanciones” impuestas contra Cuba y otras naciones, como Venezuela, Nicaragua, Zimbabwe, Siria, la República Popular Democrática de Corea e Irán.
Denunció el “bloqueo económico asfixiante” impuesto contra su país por Estados Unidos desde hace 60 años, calificándolo de “absolutamente unilateral e injustificado”.
