“Cada día la vida del pueblo haitiano se vuelve aún más difícil, pero es vital que no nos rindamos. Su situación no es desesperada. Con apoyo y determinación internacionales, el pueblo haitiano puede hacer frente a esta grave inseguridad y encontrar una salida a este caos”, afirmó Türk.
Lo último del Alto Comisionado informe sobre la situación de los derechos humanos en Haití destaca que el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad es esencial para ayudar a la PNH a combatir el crimen organizado, las bandas armadas y el tráfico internacional de armas, drogas y personas.
El informe detalla las conclusiones del experto designado por el Alto Comisionado sobre la situación de derechos humanos en Haití, William O’Neill, quien visitó el país en junio de 2023.
Prisioneros haitianos
Según el informe, las cárceles de Haití son inhumanas y la situación de los detenidos personifica la continua erosión del Estado de derecho en el país caribeño.
A finales de junio de 2023, las cárceles haitianas albergaban a 11.810 reclusos, más del triple de su capacidad máxima. Casi el 85 por ciento de los detenidos estaban en espera de juicio.
Durante su visita a la Penitenciaría Nacional de la capital haitiana, Puerto Príncipe, y a la Prisión Central de la ciudad norteña de Cap-Haïtien, O’Neill observó a los detenidos hacinados en pequeñas celdas, en un calor sofocante, con acceso limitado a agua y sanitarios.
“Deben soportar un olor sofocante y, en la capital, los montones de basura, incluidos excrementos humanos, agravan la miseria. Los detenidos deben turnarse para dormir porque no hay suficiente espacio para que puedan acostarse al mismo tiempo”, se lee en el informe.
“Hay vidas en juego”, afirmó Türk. «El tiempo es esencial: debemos comprender el sentido de urgencia que exige esta crisis».
Escalada de violencia
El último informe del Secretario General de la ONU sobre Haití dice que “Haití enfrenta una crisis multidimensional, con la violencia de las pandillas en el centro, que socava las instituciones del Estado”.
Las pandillas armadas controlan o ejercen influencia en aproximadamente el 80 por ciento del área metropolitana de Puerto Príncipe, y la violencia de las pandillas afecta a todos los barrios.
Según el informe, “la violencia también se está extendiendo a departamentos más allá de la capital. En los últimos meses se ha informado de un aumento significativo de delitos graves, como homicidios, secuestros y violaciones. Los ataques indiscriminados y a gran escala contra barrios enteros y sus residentes han desplazado a casi 130.000 personas”.
La propagación de la violencia de las pandillas ha provocado protestas populares contra el Gobierno y un aumento de los grupos parapoliciales y la violencia conexa, incluidos asesinatos y linchamientos, lo que ha desgastado aún más la cohesión social.
En abril de 2023, surgió en Puerto Príncipe un movimiento de vigilantes antipandillas, comúnmente conocido como “Bwa Kale”.
El Secretario General destacó que “la prevalencia de la violencia armada tiene un impacto significativo en las actividades socioeconómicas. La libertad de movimiento se ve afectada cuando las pandillas extorsionan, secuestran o roban vehículos comerciales y públicos que transitan por las vías principales”.
“Las escuelas se han visto obligadas a cerrar como resultado de la escalada de violencia, y los niños están expuestos al riesgo de ser reclutados por pandillas.
Las pandillas han logrado aislar barrios enteros, principalmente para obtener beneficios económicos. Intimidan a la población local por medios violentos, incluidos ataques contra infraestructuras críticas”.
Crisis humanitaria
La inseguridad ha exacerbado la crisis humanitaria. El número de personas que necesitan ayuda humanitaria casi se ha duplicado en los últimos tres años. Los ataques contra escuelas por parte de miembros de pandillas se han multiplicado por nueve en el último año y muchos trabajadores de la salud han abandonado el país.
Una vez que se estabilice la situación de seguridad, es necesario invertir en el desarrollo de oportunidades socioeconómicas para permitir que el pueblo de Haití acceda a mejores condiciones de vida y garantizar la estabilidad y prosperidad duraderas del país, según el jefe de la ONU.
Fortalecimiento de las instituciones del Estado
En Haití, la impunidad y décadas de mala gobernanza y corrupción han contribuido a la crisis actual.
“El ciclo de violencia nunca termina porque rara vez se pide a alguien que rinda cuentas”, afirmó el Secretario General. «Él [the State] debe responsabilizar tanto a los responsables de los delitos como a sus propios funcionarios en la policía, los tribunales y el sistema penitenciario para brindar seguridad y hacer justicia a la población”.
Esta semana, se espera que los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU continúen negociando un proyecto de resolución que autorice el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad ajena a la ONU en Haití.