Comunicado de www.vaticannews.va —
El limosnero del Papa, que regresó a Ucrania hace unos días, bendecirá hoy la estructura, dotada también de un gran comedor para los que carecen de recursos: «Es un símbolo de la posibilidad de ser buenos incluso en tiempos de guerra». El purpurado visitará, junto con el nuncio apostólico, el hospital para soldados.
Don Paweł Rytel-Andrianik y Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano
«Hoy en Lviv inauguraremos una casa especial. Es la casa para los refugiados de los territorios amenazados por la guerra, especialmente los de la frontera rusa. La Casa se construyó en tiempos muy difíciles, porque la primera piedra se puso durante la pandemia de Covid y luego las obras continuaron durante la guerra. Albergará a unas 50 personas, que podrán dormir y recibir comidas, y estará equipada también con duchas y un gran comedor social», dijo el Cardenal Prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad.
Una de las habitaciones del Hogar
La Casa, un pedazo del Evangelio
El cardenal subrayó que la Casa «nació gracias a la bondad de corazón, empezando por el Santo Padre Francisco, de muchos benefactores. Fue posible construirla en un momento tan difícil, a pesar de las constantes sirenas de alerta que llamaban a los trabajadores, que si no eran las sirenas los llamaba el ejército. Pero cuando se trata de las obras de Dios, siempre son terminadas». A continuación, el cardenal Krajewski afirmó que «abriendo esta casa estamos en medio del Evangelio. El modelo aquí es Jesús, que de la mañana a la noche salía a buscar a los necesitados, a los que sufrían y a los que necesitaban ayuda». Nosotros también, añadió, «podemos hacer el bien, así que lo hacemos».
Acabado de una habitación
Compartir la bondad
El Prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad también aclaró que la casa se construyó en Lviv «porque hay muchos refugiados que no quieren dejar su país» y se quedan en Lviv, a 80 kilómetros de la frontera polaca, «porque aquí se sienten seguros, pero esperan el momento que les devolverá la esperanza de poder volver a sus casas». El purpurado agradeció a Dios la posibilidad de que se pudiera construir la estructura. Cuidarán de la casa las Hermanas de San Fray Alberto que, «como su fundador», señaló el cardenal Krajewski, «desean compartir el amor y la bondad, quieren ser tan buenas como nuestro pan de cada día».
La visita a los soldados heridos
A la inauguración de la Casa seguirá otro momento para el cardenal que, junto con el nuncio apostólico en Ucrania, visitará un pabellón de soldados del frente que reciben tratamiento en Lviv. «Les visitamos en nombre del Santo Padre. Queremos rezar con ellos y estar con ellos», concluyó el cardenal Krajewski.
Se publicó primero como Lviv, Krajewski inaugura el Hogar para madres, niños y pobres
