Según los informes, hasta 9.000 personas han muerto, más de 5,6 millones han sido expulsadas de sus hogares y 25 millones de personas necesitan ayuda a causa del conflicto que estalló a mediados de abril entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). y otros grupos armados.
En una declaración que marcó el sombrío hito, Martin Griffiths, quien también es Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, señaló que durante medio año, los civiles –particularmente en Jartum, Darfur y Kordofán– “no han conocido tregua en el derramamiento de sangre y terror”, con horribles informes de violaciones y violencia sexual que surgen continuamente.
Los servicios básicos se desmoronan
Con el aumento del número de enfrentamientos étnicos, el acceso de los trabajadores humanitarios a las personas necesitadas se ve obstaculizado por la falta de seguridad y las barreras burocráticas, explicó el Secretario General Adjunto.
«Al menos 45 trabajadores humanitarios han sido asesinados o detenidos desde el 15 de abril; casi todos ellos eran personal nacional», lamentó.
Sin embargo, incluso en aquellas zonas a las que los trabajadores humanitarios pueden acceder, están “paralizados por la falta de financiación”. Solo se ha recibido el 33 por ciento de los 2.600 millones de dólares necesarios para ayudar a los necesitados en Sudán en 2023.
La situación sanitaria en Sudán es terrible: como más del 70 por ciento de los centros de atención sanitaria en zonas de conflicto están fuera de servicio, el cólera ya acecha al país, con más de 1.000 casos sospechosos.
Los servicios básicos se están desmoronando. El conflicto ha dejado a 19 millones de niños sin escolarizar, lo que ha supuesto un retroceso significativo en su educación y en el futuro del país.
«Esto no puede seguir así»
A medida que las comunidades se desintegran, las personas vulnerables no tienen acceso a ayuda vital. Las necesidades humanitarias están aumentando en los países vecinos de donde han huido millones de personas.
«Esto no puede continuar», dijo el jefe de ayuda de la ONU, apelando a las partes en conflicto. Les instó a cumplir las obligaciones previstas en el derecho internacional humanitario y a volver a comprometerse a dialogar al más alto nivel para poner fin a este conflicto.
Destacó que había llegado el momento de cumplir los compromisos asumidos en Jeddah de proteger a los civiles y permitir la ayuda humanitaria.
«La comunidad internacional no puede abandonar al pueblo de Sudán», subrayó Griffiths, pidiendo también a los donantes que intensifiquen su apoyo.
