El Informe sobre la brecha de adaptación 2023 publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) dice que el mundo no está preparado, invertido y carece de la planificación necesaria, lo que nos deja a todos expuestos. Advierte que, en lugar de acelerarse, el progreso en la adaptación al cambio climático se está estancando.
La desaceleración se extiende a la financiación, la planificación y la implementación, dice el PNUMA, con enormes implicaciones en términos de pérdidas y daños, particularmente para los más vulnerables.
Rezago financiero
“El informe de hoy muestra que la brecha en la financiación para la adaptación es la más alta jamás vista. El mundo debe tomar medidas para cerrar la brecha de adaptación y lograr justicia climática”, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres, al comentar las conclusiones del informe.
Los costos de adaptación actualizados para los países en desarrollo se estiman entre 215 mil millones de dólares y 387 mil millones de dólares anuales durante esta década, lo que refleja estimaciones más altas que las de estudios anteriores que seguramente aumentarán significativamente para 2050.
Y las necesidades de los países en desarrollo son entre 10 y 18 veces mayores que el flujo de financiación pública: más del 50 por ciento más que el rango estimado anteriormente.
Las promesas se agotan
A pesar de las promesas hechas en la COP26 en Glasgow de duplicar el apoyo financiero para la adaptación a alrededor de 40 mil millones de dólares por año para 2025, los flujos financieros públicos multilaterales y bilaterales para la adaptación a los países en desarrollo disminuyeron en un 15 por ciento a alrededor de 21 mil millones de dólares en 2021.
Al mismo tiempo, se estima que el déficit de financiación para la adaptación asciende a entre 194.000 y 366.000 millones de dólares al año.
Los costos solo aumentarán
El informe cita un estudio reciente que indica que sólo las 55 economías más vulnerables al clima ya han experimentado pérdidas y daños valorados en más de 500 mil millones de dólares en las últimas dos décadas.
En Glasgow, Escocia, la gente participa en una manifestación por la acción climática, encabezada por jóvenes activistas climáticos y organizada al margen de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de 2021.
Es probable que los costos aumenten marcadamente en las próximas décadas, particularmente en ausencia de una mitigación y adaptación contundentes.
El nuevo fondo para pérdidas y daños será un instrumento importante para movilizar recursos, pero aún quedan problemas, ya que el fondo deberá avanzar hacia mecanismos de financiación más innovadores para alcanzar la escala de inversión necesaria.
El jefe de la ONU cree que una fuente podrían provenir de los ingresos fiscales de los grandes emisores y contaminadores.
“Los magnates de los combustibles fósiles y sus facilitadores han ayudado a crear este desastre; deben apoyar a quienes sufren como resultado de ello”, dijo en su mensaje, llamando a los gobiernos a gravar las “ganancias inesperadas de la industria de los combustibles fósiles” y a dedicar parte de esos fondos a los países que sufren pérdidas y daños.
Mitigar ahora para minimizar los costos futuros
Los autores del informe abogan por una adaptación ambiciosa: puede mejorar la resiliencia, lo cual es particularmente importante para los países de bajos ingresos y los grupos desfavorecidos, incluidas las mujeres.
Por ejemplo, cada mil millones de dólares invertidos en adaptación contra las inundaciones costeras conduce a una reducción de 14 mil millones de dólares en daños económicos, mientras que 16 mil millones de dólares por año invertidos en agricultura podrían ayudar a una asombrosa cantidad de 78 millones de personas a evitar la hambruna o el hambre crónica debido a los impactos climáticos.
Encontrar formas innovadoras
El informe del PNUMA identifica formas de aumentar la financiación, incluso a través del gasto interno y la financiación del sector privado e internacional.
Activistas jóvenes protestan en la COP27 en Sharm El-Sheikh exigiendo a los líderes que aborden el fin del uso de combustibles fósiles.
Otras vías incluyen las remesas, aumentar y adaptar el financiamiento a las pequeñas y medianas empresas, cambiar los flujos financieros hacia vías de desarrollo bajas en carbono y resilientes al clima, y una reforma de la arquitectura financiera global.
«Los bancos multilaterales de desarrollo también deberían asignar al menos el cincuenta por ciento de la financiación climática a la adaptación y cambiar sus modelos de negocio para movilizar mucha más financiación privada para proteger a las comunidades de los extremos climáticos», amplió este punto el jefe de la ONU.
La COP28 debe abordar la «emergencia de adaptación»
«Necesitamos medidas audaces para responder a las crecientes pérdidas y daños resultantes de los extremos climáticos», dijo el jefe de la ONU.
“Todas las partes deben poner en funcionamiento el Fondo de Pérdidas y Daños en la COP28 de este año. Y necesitamos promesas nuevas y tempranas para que el fondo comience a funcionar sobre una base sólida”.
“Estamos en una emergencia de adaptación. Debemos actuar así. Y tomar medidas para cerrar la brecha de adaptación, ahora”, dijo el Secretario General de la ONU.
