Comunicado de www.vaticannews.va —
Joseph Li Shan llegó a Hong Kong invitado por el cardenal Chow Sau-yan. El objetivo del viaje es promover las relaciones entre ambas diócesis. El pasado mes de abril, el obispo de Hong Kong visitó Pekín.
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Ayer, lunes 13 de noviembre, el arzobispo de Pekín, Joseph Li Shan, acompañado por una delegación, inició una visita a la diócesis de Hong Kong por invitación del cardenal Stephen Chow Sau-yan, obispo de Hong Kong. El objetivo de la visita, según se indica en el sitio web de la diócesis de Hong Kong, es «promover los intercambios y la interacción entre ambas diócesis».
Tras la bienvenida, el primer momento fue la celebración de las vísperas en la capilla de la curia diocesana. A continuación, en el despacho del cardenal, tuvo lugar el intercambio de dones: el obispo de Pekín regaló al cardenal una vidriera del misionero jesuita Matteo Ricci, mientras que el purpurado obsequió a Li Shan una imagen de los santos Pedro y Pablo, pintada sobre un panel de madera blanca.
Hoy, martes 14 de noviembre, tras concelebrar la misa en la capilla de la curia, la delegación de Pekín ha visitado la catedral de la Inmaculada Concepción y el centro diocesano.
Chow ya había estado en la diócesis de Pekín del 17 al 21 de abril, invitado por el arzobispo Li Shan. En dicha ocasión, se rindió homenaje al padre Matteo Ricci, misionero en China entre los siglos XVI y XVII, muy querido por los católicos chinos y definido por el Papa Francisco como «un hombre de la cultura del encuentro», «entre los primeros en establecer un puente de amistad entre China y Occidente, poniendo en práctica un modelo aún válido de inculturación del mensaje cristiano en el mundo chino» (Discurso del 9 de mayo de 2022).
Hong Kong, una Iglesia puente
Al hacer balance de su visita a Pekín en una entrevista concedida a Civilización católicaChow había subrayado que la diócesis de Hong Kong «recibió del Papa Juan Pablo II la misión de ser una ‘Iglesia puente'» y que «el mayor desafío es conectar a las partes diferentes y opuestas, ayudarles a verse mutuamente como personas humanas deseosas de ser escuchadas y comprendidas».
Entre los frutos más notables de esa visita a Pekín, veía el contacto personal entre los prelados de las dos diócesis y la reanudación de la cooperación en distintos ámbitos: «La colaboración que acordamos, fuertemente deseada por ambas partes, nos da esperanza y determinación para trabajar juntos».
Se publicó primero como El arzobispo de Pekín visita la Diócesis de Hong Kong