Cientos de jóvenes irrumpieron en el sótano de un edificio donde se refugiaban decenas de refugiados rohingya, según informes de los medios.
Los rohingya son una comunidad mayoritariamente musulmana que ha huido de oleadas de persecución en Myanmar, un país predominantemente budista.
Casi un millón de personas viven en campamentos en Bangladesh y más de 1.000 han llegado a Indonesia en barco en los últimos meses.
Llamado de protección
ACNUR emitido una declaración diciendo que estaba «profundamente perturbado al ver un ataque de una turba en un sitio que alberga a familias de refugiados vulnerables».
La turba rompió un cordón policial y metió por la fuerza a 137 refugiados en dos camiones y los trasladó a otro lugar de la ciudad, dijo la agencia, señalando que el incidente dejó a los refugiados conmocionados y traumatizados.
«ACNUR sigue profundamente preocupado por la seguridad de los refugiados y pide a las autoridades policiales locales que tomen medidas urgentes para garantizar la protección de todas las personas desesperadas y del personal humanitario», dice el comunicado.
Campaña contra los refugiados
El ataque «no fue un acto aislado sino el resultado de una campaña coordinada en línea de desinformación, desinformación y discurso de odio contra los refugiados y un intento de difamar los esfuerzos de Indonesia para salvar vidas desesperadas en peligro en el mar».
ACNUR hizo un llamado al público “para que sea consciente de la campaña en línea coordinada y bien coreografiada en las plataformas de redes sociales, que ataca a las autoridades, las comunidades locales, los refugiados y los trabajadores humanitarios por igual, incitando al odio y poniendo vidas en peligro”.
Se insta a las personas a verificar la información publicada en línea, gran parte de la cual es “falsa o retorcida, con imágenes generadas por IA y discursos de odio enviados desde cuentas de bots”.
