Comunicado de www.vaticannews.va —
El sacerdote español lleva 14 años radicado en Honduras como misionero y se ha desempeñado, entre otras tareas. como coordinador general de la Asociación Cooperación y Esfuerzo (ACOES) enfocada en la educación de la población más vulnerable, con 110 proyectos operativos que atienden a unas 15.000 personas en 11 regiones del país. Conocemos su testimonio.
Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News
En 1992, el Padre Patricio Larrosa empezó a ayudar a niños que no podían ir a la escuela en Honduras y les puso como condición que ellos también apoyaran a otras personas. “De esta manera, encendió la mecha de la solidaridad que, como el Evangelio, es como una semilla de mostaza”, explica el Padre Álvaro Ramos, misionero español que vive en el país centroamericano hace 14 años. Esta intuición fue la idea con la que se fundó en 1996 la primera Asociación Colaboración y Esfuerzo en Honduras (ACOES) y con la que se ha venido desarrollando.
Mientras se formaban, los niños buscaban a sus pares con necesidades similares y todas las mañanas se acercaban a la parroquia para organizarse y colaborar entre sí. Por la tarde, iban a la escuela y, a medida que pasaban los años, cuenta Ramos, lograban desarrollarse. “Esa solidaridad también motivó a gente de la comunidad, especialmente mujeres de la parroquia, gente humilde que quiso ayudar montando comedores sociales”, añade. Eran cocineras que querían dar de comer a los niños y varias personas de España fueron a visitar el proyecto y quedaron impresionadas con el compromiso de los jóvenes. Después, en distintas partes de España se crearon grupos de apoyo que enviaban ayudas y esto ha permitido que al día de hoy haya 11.500 estudiantes divididos en múltiples guarderías.
El objetivo es que los chicos puedan estudiar en el largo plazo desde la guardería hasta la universidad y que participen en la gestión de los proyectos. “La idea fundamental es que sean personas que descubran el Evangelio en su vida y en el servicio a los demás”, afirma el misionero.
El padre Ramos con un grupo de chicos instruidos a través del «distance learning», aprendizaje a distancia.
El padre Ramos comenta que la mayoría de las iniciativas son educativas, si bien existen otras análogas, como la atención a las necesidades básicas de los adultos mayores que viven en situación de pobreza, abandono y marginación. De todos modos, el punto central es aprender a vivir el Evangelio. En este sentido, el presbítero comparte un lema que utilizan mucho en la organización: aprender a compartir. “Básicamente eso es vivir el Evangelio”, sostiene.
“Lo que queremos es que los niños aprendan de la educación formal, pero que a medida que se van haciendo mayores, aprendan a ayudarse unos a otros y encontrar en el Evangelio la motivación para esa ayuda y responder a los retos del día a día”, añade.
Ramos insiste que buscan encarnar el mandamiento de Jesús de amarse los unos a los otros, mediante los sacramentos, pero buscando que estos sirvan de alimento y de impulso para aplicarlos en la vida diaria, estudiando, gestionando las situaciones, construyendo.
“Esa sería la gran misión que es que el Evangelio, las personas lo conozcan, lo vivan y lo apliquen como alumnos, como colaboradores de la administración de los proyectos, como colaboradores de la logística. El gran reto es cómo administro estos proyectos educativos desde el Evangelio, la logística desde el Evangelio”.
Dado que esta institución se basa en el voluntariado, se necesitan más personas que quieran dedicar tiempo para asistir a los más necesitados. Esta es, al mismo tiempo, una oportunidad, según Ramos, pues si hay personas entregadas, todo lo demás viene por añadidura, “y esa manera de vivir es la mejor”.
Desde 1992, al proyecto se han ido agregando diferentes grupos de personas, asociaciones, federaciones y, por último, la Fundación ACOES Honduras, siempre todas ellas con la misma misión.
Se publicó primero como Padre Ramos: Buscamos encarnar el mandamiento de amor de Jesús
