La Misión de la ONU, MONUSCO, también pidió al grupo que respete la hoja de ruta de Luanda, un acuerdo firmado en 2022 por Angola, la República Democrática del Congo y Ruanda que lucha por la paz en la parte oriental del país afectada por el conflicto.
La MONUSCO está llevando a cabo un proceso de retirada del país en tres fases tras una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU adoptada en diciembre que supondría el traspaso gradual de responsabilidad al gobierno congoleño a finales de este año.
Bombardeo indiscriminado
Los recientes combates entre las fuerzas gubernamentales y el grupo M23, junto con los bombardeos indiscriminados, han agotado recientemente los ya limitados recursos para dar cabida a 800.000 personas desplazadas internamente en la región y a otros 2,5 millones desplazados en toda la provincia de Kivu del Norte.
Al mismo tiempo, el impacto de las devastadoras inundaciones continúa afectando al país, informó la semana pasada la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR.
Unas 100.000 casas, 1.325 escuelas, 267 centros de salud y grandes extensiones de tierras agrícolas han resultado dañadas o destruidas, dejando a unos dos millones de personas –casi el 60 por ciento de ellas niños– necesitadas de asistencia.
Las fuerzas de paz de la ONU patrullan la ciudad de Goma, en el este de la República Democrática del Congo. (archivo)
Soporte de seguridad continuo
Mientras tanto, la Misión de la ONU en el país, MONUSCO, ha seguido apoyando al ejército congoleño defendiendo las principales rutas que conducen a las ciudades clave de Sake y Goma en la provincia de Kivu del Norte, dijo el portavoz de la ONU.
Debido al deterioro de la situación de seguridad en torno a Sake y Goma, la Misión está reforzando su presencia allí trayendo fuerzas de paz de su Brigada de Intervención de la Fuerza con base en Beni, en la parte norte de la provincia, añadió.
Durante el fin de semana, la MONUSCO se reunió con el coordinador de las fuerzas armadas congoleñas en Kivu del Norte para coordinar una acción militar conjunta en la defensa de Sake y Goma, dijo.
La Misión también expresó preocupación por las recientes campañas de desinformación dirigidas al personal de mantenimiento de la paz, que están obstaculizando su capacidad para implementar su mandato.
Las fuerzas de paz continúan facilitando el paso seguro de los civiles que huyen de los combates hacia zonas más seguras, incluso alrededor de la base de Kitchanga, donde unos 25.000 civiles han buscado protección de la ONU, dijo el portavoz.
El jefe de las fuerzas de paz de la ONU visita la República Democrática del Congo
El martes pasado, el jefe de Operaciones de Paz, Jean-Pierre Lacroix, visitó la MONUSCO con Catherine Pollard, Secretaria General Adjunta de Estrategia de Gestión, Políticas y Cumplimiento, y Christian Saunders, Coordinador Especial para Mejorar la Respuesta de la ONU a la Explotación y el Abuso Sexual.
El jefe de mantenimiento de la paz revisó el trabajo en curso de la Misión en el contexto del plan de retirada acordado conjuntamente por el Gobierno.
«Es esencial que la transferencia de responsabilidad por la seguridad y la protección de los civiles se produzca al mismo tiempo que la MONUSCO se retira de ciertas zonas sensibles donde las fuerzas de paz garantizan la seguridad física de varios cientos de miles de civiles», dijo Lacroix el martes pasado.
También pidió al grupo M23 que cese las hostilidades.
A principios de este mes, el Representante Especial de la ONU para la República Democrática del Congo, Bintou Keita, que también dirige la MONUSCO, condenó una serie de ataques contra el personal de la ONU en Kinshasa y pidió a las autoridades congoleñas que iniciaran una investigación.
