Los nuevos combates que se han producido desde la semana pasada en la región han desplazado a unas 135.000 personas de la ciudad de Sake –en la orilla norte del lago Kivu– que se están desplazando hacia la capital provincial, Goma, a unos 25 kilómetros de distancia, según ACNUR.
La agencia dijo además que recibió informes de bombas cayendo sobre zonas civiles en Sake y Goma, donde se estima que se refugian 65.000 personas desplazadas internamente (PDI), lo que generó “preocupaciones importantes” por su seguridad.
“El creciente uso de artillería pesada y bombardeos en los enfrentamientos alrededor de Goma plantea graves amenazas a las poblaciones civiles y desplazadas, amenazando con más víctimas y la destrucción de edificios utilizados como refugios comunitarios”, dijo ACNUR.
La presencia de municiones sin detonar plantea una amenaza particular para los niños, añadió, señalando que desde la primera semana de febrero, al menos 15 civiles han muerto y 29 han resultado heridos en los alrededores de Goma y Sake.
Situación «trágica e inaceptable»
Chansa Kapaya, directora regional de ACNUR para África Austral, dijo que hombres, mujeres y niños han sido blanco de enfrentamientos implacables.
“La situación es trágica e inaceptable. Hacemos un llamado urgente a todas las partes para que protejan a los civiles, respeten el derecho humanitario y establezcan corredores seguros para la ayuda”, dijo.
El bombardeo indiscriminado está amplificando la presión sobre los ya limitados recursos para dar cabida a 800.000 desplazados internos en la región y a 2,5 millones de desplazados en toda la provincia de Kivu del Norte.
Desafíos de acceso
La violencia continúa restringiendo el acceso a poblaciones aisladas en el territorio de Masisi y Rutshuru, agravando los desafíos que enfrentan las agencias humanitarias para brindar asistencia esencial, dijo ACNUR.
Con pocas opciones viables para un paso seguro desde Goma, las crecientes comunidades desplazadas en la ciudad enfrentan condiciones de rápido deterioro, agregó.
ACNUR enfatizó el imperativo de salvaguardar las vidas y el bienestar de los civiles y de aquellos expulsados de sus hogares.
También pidió un cese inmediato de los combates y negociaciones urgentes para resolver el conflicto y aliviar el sufrimiento de los civiles inocentes atrapados en la violencia.
Inundaciones, brote de cólera
Los combates y el desplazamiento se producen en el contexto de un devastador brote de cólera y de inundaciones masivas en enero que causaron estragos en toda la República Democrática del Congo.
Unas 100.000 casas, 1.325 escuelas, 267 centros de salud y grandes extensiones de tierras agrícolas han resultado dañadas o destruidas hasta la semana pasada, dejando a unos dos millones de personas –casi el 60 por ciento de ellas niños– necesitadas de asistencia.
