Cada día, más y más pacientes buscan atención médica después de pasar largas jornadas frente a las pantallas de las computadoras. Los síntomas más comunes incluyen irritación o picazón en los ojos y sensación de sequedad o arena en la superficie del ojo.
Estos son los signos reveladores de la enfermedad del ojo seco, que afecta entre el 5% y el 50% de la población mundial, dependiendo de la edad, el sexo, el origen étnico y otros factores. Esta afección puede deberse a múltiples causas, pero el estilo de vida juega un papel importante. El uso (y el uso excesivo) de la pantalla es uno de los factores principales.
Parpadeamos menos cuando miramos computadoras, teléfonos y tabletas, y cuando lo hacemos, nuestro parpadeo suele ser incompleto, lo que significa que el ojo no se cierra por completo. Las pantallas también son una fuente de luz proyectada, que eleva la temperatura de la superficie del ojo y aumenta la evaporación de las lágrimas.
En la Universidad de Santiago de Compostela, en España, realizamos un estudio de estudiantes universitarios que recibieron enseñanza híbrida durante la pandemia de COVID: el 50% de sus clases fueron presenciales y el 50% online. Según los datos que recopilamos, el aumento del tiempo frente a la pantalla se relacionó con síntomas de ojo seco más graves. Aquellos que usaron pantallas durante más tiempo fuera de clase (más de 8 horas por día) mostraron síntomas más agudos.
Aunque reducir el tiempo frente a la pantalla es imposible en determinados trabajos, podemos reducir la irritación y los problemas siguiendo ciertas recomendaciones. Una comprensión básica del problema también puede ayudarnos a cuidar nuestros ojos.
Lágrimas y párpados
La superficie del ojo está formada por los párpados, la película lagrimal (la capa líquida del ojo), la córnea y la conjuntiva. La salud de estos tejidos está ligada al funcionamiento del ojo. Si alguno de ellos se ve afectado, puede provocar irritación en el ojo.
La película lagrimal se compone de dos capas. La capa inferior está formada por proteínas y agua, y la superior, por aceite. La capa de agua se encarga de mantener el ojo hidratado, mientras que el aceite evita que se evapore demasiado rápido. Los problemas con cualquiera de las capas pueden provocar desequilibrios, impidiendo que se distribuyan uniformemente y provocando irritación.
Los párpados son los que mantienen la película lagrimal distribuida uniformemente, además de brindar protección. Parpadear con menos frecuencia (lo que hacemos cuando miramos una pantalla) impide que esta capa se distribuya correctamente sobre la superficie del ojo.
¿Sufres de la enfermedad del ojo seco?
En primer lugar, a menudo no hay motivo para entrar en pánico: sufrir ciertos síntomas de ojo seco no significa necesariamente que tenga la enfermedad del ojo seco. La guía publicada por Tear Film & Ocular Surface Society deja muy claro que, además de los síntomas informados, los pacientes también deben mostrar signos de daño en la superficie del ojo. Un profesional médico determinará si existe este daño y qué medidas adicionales deben tomarse.
Sin embargo, hay ciertas señales a las que hay que prestar atención. Estos incluyen sensación de sequedad, picazón, ardor, irritación u ojos llorosos. Los investigadores han descubierto que el síntoma más común después del uso prolongado de una pantalla es la irritación.
Cómo reducir la irritación y evitar la enfermedad del ojo seco
Al tomar precauciones, podemos asegurarnos de que las pantallas funcionen con nosotros, no en nuestra contra.
- Altura de la pantalla: Siempre es mejor mantener las pantallas por debajo del nivel de los ojos. De esta manera, los párpados no tienen que abrirse tanto, lo que significa que queda menos superficie del ojo expuesta durante períodos prolongados.
- Posición de la pantalla e iluminación: Debes evitar que la luz se refleje en las pantallas, ya sea de una lámpara o de una ventana detrás de donde te sientas. El exceso de luz nos obliga a concentrarnos más y, por tanto, a parpadear menos. Esto se puede solucionar utilizando filtros antirreflectantes.
- Periodos de descanso: El descanso es el mejor amigo de tus ojos. Una regla general común es la regla 20-20-20. Por cada 20 minutos de trabajo, mira algo a 20 pies de distancia (unos 6 metros), durante 20 segundos. Se ha demostrado que esto reduce los síntomas de sequedad ocular, ya que apartar la mirada de la pantalla restablece nuestro ritmo normal de parpadeo.
- Condiciones ambientales: La baja humedad, las altas temperaturas, las corrientes de aire de las ventanas abiertas o de los aires acondicionados, el humo del tabaco y el exceso de ambientador pueden ser perjudiciales para la salud ocular.
- Hidratación de ojos: Las gotas para los ojos pueden ser la mejor opción en días laborales especialmente intensos. Evite las soluciones salinas, ya que su composición no es la misma que la de la película lagrimal. Carecen de aceites y proteínas y podrían desestabilizar esta capa. La mejor opción son las lágrimas artificiales monodosis, que no contienen conservantes y no dañan el ojo.
La prevalencia de las pantallas en nuestra sociedad significa que los síntomas de la enfermedad del ojo seco son comunes. Sin embargo, si afrontamos este problema tomando las medidas adecuadas, no tiene por qué afectar nuestra calidad de vida.
Este artículo fue publicado originalmente en español.
