Comunicado de www.vaticannews.va —
El portavoz del Comité Internacional del CICR en el país africano pide un mayor acceso a la ayuda en una de las naciones más asoladas por la crisis, con un sistema sanitario colapsado y un número creciente de desplazados.
Deborah Castellano Lubov – Ciudad del Vaticano
«Pedimos a la comunidad internacional que recuerde a los millones de sudaneses que cada día luchan trágicamente por cubrir sus necesidades básicas», declaró a los medios de comunicación vaticanos Aznan Hamed, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Sudán. El país africano se enfrenta a una de las crisis humanitarias más catastróficas del planeta, y ha sido escenario de un conflicto que ha dejado casi 10 millones de desplazados. Sólo funciona el 20% de las instalaciones sanitarias y la mayor parte de la población carece de alimentos y suministros básicos. Casi 25 millones de personas, más de la mitad de la población, necesitan ayuda humanitaria urgente. Más de 17,7 millones de personas en todo Sudán padecen hambre, 4,9 millones de ellas en niveles críticos, mientras que los encarnizados combates han hecho que los servicios vitales del país sean extremadamente frágiles. Casi el 65% de la población no tiene acceso a la atención sanitaria.
Hamed, la crisis humanitaria en Sudán, donde usted trabaja, es sin duda una de las peores del mundo, pero a menudo se olvida.
Han pasado unos 14 meses desde el estallido del conflicto en el país, que desgraciadamente ha provocado una crisis humanitaria devastadora, con decenas de miles de muertos y heridos. Hoy hay más de 10 millones de desplazados, entre ellos, millones de personas que han huido de sus hogares en busca de seguridad y refugio en los países vecinos. Estas son las catastróficas consecuencias del conflicto en curso. En cuanto a la situación actual, las necesidades son inmensas. El país sufre una grave escasez de recursos, incluidos alimentos y agua potable. El sistema sanitario también está gravemente afectado y el acceso a servicios e instalaciones vitales es un reto cada vez más difícil.
¿Cuál es su llamamiento? ¿Qué hay que hacer para ayudar a Sudán?
El mundo debe recordar la tragedia del sufrimiento del pueblo sudanés y su creciente necesidad. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que piense en el pueblo sudanés y siga apoyando a las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno para responder a estas inmensas y variadas necesidades de socorro, asistencia y protección.
Ustedes están allí, sobre el terreno. El Papa Francisco recuerda a menudo las guerras y conflictos olvidados en el mundo, y observamos que algunas guerras y conflictos son siempre cubiertos por los medios de comunicación, y otros no tanto. Desgraciadamente, uno del que oímos hablar poco es el de Sudán. ¿Podría compartir con nosotros, ya que está allí, algunas de las cosas que ha visto?
Acabamos de visitar varios lugares para desplazados. En un aula hay más de seis familias, cocinando y durmiendo. Lo hacen todo en esa habitación, una situación que refleja la de muchos desplazados internos. Es muy, muy difícil y está empeorando porque, como pueden imaginar, con la escalada del conflicto, con los diversos combates en distintas zonas, se están creando nuevas oleadas de desplazados. Hace dos meses eran ocho millones de personas. Ahora hablamos de más de nueve millones. Así que la evolución de la situación ha afectado a muchos sudaneses.
¿Por qué?
Si hablamos concretamente del sistema sanitario, sólo el 20% sigue funcionando. ¿Puede imaginarse cómo la capacidad de esta estructura puede satisfacer y responder a las necesidades de toda la población de Sudán? La situación es de por sí difícil para una organización humanitaria. Desde el comienzo del conflicto, en abril del año pasado, el CICR ha intensificado sus operaciones de protección y asistencia. Tratamos de proporcionar, y seguimos proporcionando, material quirúrgico e instrumental médico a los hospitales que siguen funcionando, para mantener la vida de cientos de heridos y pacientes. Con nuestra respuesta, intentamos en la medida de lo posible, en cooperación con la Media Luna Roja Sudanesa, proporcionar alimentos y artículos no alimentarios, para tratar de satisfacer sus necesidades básicas diarias. Sin embargo, si tenemos en cuenta el número y la magnitud del impacto, se requiere una respuesta masiva.
Uno de los retos a los que nos enfrentamos sobre el terreno – continúa Aznan Hamed- es la falta de acceso. Por eso, desde el estallido del conflicto, el CICR ha pedido a todas las partes implicadas en el conflicto que nos faciliten a nosotros y a otras organizaciones el acceso a las zonas afectadas por el conflicto. Porque sin ello no podemos cumplir nuestra misión humanitaria. Es un reto, pero esperamos que nuestro llamamiento sea escuchado y que se nos conceda un mayor acceso a la población afectada, especialmente en Al-Fashir, Jartum y Wad Madani, donde actualmente se están intensificando los combates. Una de las cuestiones clave es que no se respeta el derecho internacional humanitario, y ésta es una parte importante de nuestro llamamiento: seguir recordando a las autoridades su obligación de respetar el derecho internacional humanitario.
¿Desea añadir algo más?
Como trabajador humanitario, espero que Sudán no caiga en el olvido. Porque está olvidado. La población necesita ahora un abrazo en forma de asistencia y apoyo. Espero que la comunidad internacional pueda proporcionar más apoyo para responder a esta crisis. Agradezco a todos los medios de comunicación que se preocupan y prestan atención a Sudán del Sur, sobre todo porque la mayoría de ellos han desviado su atención hacia Gaza o Ucrania y, por lo tanto, las crisis de Sudán y de otras zonas, como Yemen y Siria, están hoy lamentablemente olvidadas.
Se publicó primero como Cruz Roja: En Sudán no se respeta el derecho internacional humanitario