Se informa que la provincia de Nangarhar, incluida su capital, Jalalabad, es la más afectada. Esta provincia también sufrió devastadoras inundaciones en abril. Otras provincias afectadas son Badakhshan, Kunar, Laghman y Nuristan.
Durante la conferencia de prensa diaria en Nueva York, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, informó que un centro de recepción en el cruce fronterizo de Torkham en Nangarhar, un punto de entrada principal para las personas que regresan de Pakistán, se ha visto gravemente afectado por la tormenta.
“Mientras se llevan a cabo las evaluaciones, Nuestros socios humanitarios han desplegado nueve equipos móviles de salud y nutrición, mientras que nuestros socios de salud han proporcionado suministros médicos. al Hospital Regional de Nangahar y al Hospital Fatima Zuhra”.
Necesidades urgentes
De acuerdo a a la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), las instalaciones de agua, saneamiento e higiene (WASH), junto con 400 tiendas de campaña en un campamento cercano, han resultado dañadas o destruidas.
Los informes iniciales indican que los hogares afectados necesitan urgentemente acceso a alimentos, refugio, salud y servicios de WASH. Se dice que cuarenta personas murieron y más de 340 resultaron heridas.
Los riesgos para la protección y la salud se ven exacerbados por el hecho de que muchas familias afectadas por las inundaciones se refugian fuera de sus hogares destruidos o dañados. También existe una necesidad crítica de servicios de salud mental y apoyo psicosocial para las familias más afectadas.
Peligros de municiones sin detonar
agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, reportado que se teme que algunas zonas afectadas por las inundaciones estén contaminadas con artefactos sin detonar (MUSE) o minas, lo que plantea graves riesgos para los civiles.
También dijo que la mayoría de las familias han perdido sus fuentes de ingresos, lo que probablemente las empujará a vulnerabilidades más profundas, mientras que las mujeres y las niñas indicaron que se sienten inseguras en los puntos de agua, letrinas, áreas de recolección de leña y espacios abiertos sin refugio.
Faltan recursos
Dujarric también destacó la urgente necesidad de financiación adicional para apoyar a los afectados.
«Hasta la fecha, hemos recibido unos 720 millones de dólares, menos de una cuarta parte de lo que necesitamos para el llamamiento humanitario de 3.000 millones de dólares de este año para Afganistán», afirmó.