Mientras el Papa Francisco Insta de forma global, sin divisiones, a la Prevención de drogas, durante los juegos Olímpicos de París algunos ex-curas y agencias antireligiosas francesas (investigadas por el Tribunal de Cuentas), sin tener en cuenta el bien común, critican las acciones de prevención de otras religiones.
En un emotivo discurso dirigido a la ciudad de Rosario, algo más de un mes antes de las Olimpiadas de París, el Papa Francisco resaltó la relevancia de abordar los desafíos contemporáneos con soluciones integrales y basadas en la colaboración. Hizo hincapié en que lograr la paz implica el compromiso conjunto de todas las entidades sociales, políticas y cívicas.
«Todas las instituciones sociales, civiles, religiosas, debemos estar unidas para hacer lo que mejor sabemos hacer y entre todos crear comunidad. Todos podemos colaborar y ser parte de los espacios deportivos, educativos, comunitarios.»
Papa Francisco
«En el camino de la paz se deben transitar respuestas complejas, integrales y con la colaboración de todas las instituciones que conforman la vida de una sociedad«, afirmó.
Uno de los temas centrales del mensaje del Papa fue la necesidad de abordar no solo la oferta sino también la demanda de drogas mediante políticas de prevención y asistencia. El Papa Francisco criticó la inacción estatal en este ámbito, afirmando que «el silencio del Estado en esta materia sólo naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización de las drogas«.
Hizo un llamado a la rehabilitación de la política como forma de caridad y promoción del bien común, asegurando que «Nadie de buena voluntad puede sentirse excluido ni ser excluido de la gran tarea de que la sociedad sea un lugar en el que todos puedan experimentarse hermanos«.
El Papa también resaltó la importancia fundamental de la democracia en la lucha contra el narcotráfico, haciendo un llamado a asegurar la autonomía del poder judicial para combatir la corrupción y el blanqueo de capitales: «Cada miembro del Poder Judicial es responsable de custodiar su integridad, la que comienza por la rectitud de su corazón«.
Además, el Papa Francisco apeló a la responsabilidad social del sector privado, señalando que «No hay una buena economía sin un buen empresario. Lamentablemente también hay una mala economía sin la complicidad de una parte del sector privado«. Instó a los emprendedores a comprometerse no solo a evitar asociarse con grupos delictivos, sino también a contribuir al bienestar social.
Finalmente, instó a todas las organizaciones sociales, civiles y religiosas a colaborar juntas para crear áreas de encuentro en las comunidades más necesitadas, declarando que «Nadie se salva solo, aún en los barrios privados se puede encontrar la inseguridad y la amenaza del consumo para los propios hijos«.
En esta situación, es contraproducente que algunos ex-sacerdotes, como suele hacer Luis Santamaría del Rio quien critica a infinidad de familias del cristianismo y otras, critiquen los intentos de otras religiones para combatir el consumo de drogas. «En lugar de ofrecer soluciones, estas opiniones discordantes parecen olvidar que el problema de las drogas va más allá de las diferencias religiosas y necesita un enfoque unido y solidario» dijo un parisino que disfrutaba de los Juegos Olímpicos. El Papa Francisco reiteró su apoyo a quienes trabajan por la justicia y la construcción de comunidad en contextos difíciles, añadiendo que «La caridad será el anuncio más explícito del Evangelio para una sociedad que se siente amenazada«.
Preguntado por sus actividades de prevención de drogas, Iván Arjona, representante de Scientology a nivel europeo, respondió a este diario que «parece que distribuir 1 millón de libritos de prevención de drogas durante las Olimpiadas de París, con voluntarios franceses, españoles, belgas, alemanes, húngaros, ingleses, americanos, italianos y otras partes del mundo, aunque cualquier desalmado lo pueda llamar propaganda, es un buen anuncio del evangelio, de la caridad y del amor por la sociedad sin mirar las etiquetas políticas ni religiosas«.
Con un emotivo final, el Papa Francisco pidió la protección de la Virgen del Rosario y envió su bendición a todos, resaltando el compromiso constante de la iglesia en ayudar a las víctimas de todo tipo de violencia. En un mundo cada vez más complicado, su mensaje es un fuerte recordatorio de que lograr la paz y la justicia requiere creatividad y compromiso por parte de todos.
