Comunicado de www.vaticannews.va —
El Papa Francisco interviene a través de un vídeo este16 de octubre, en la apertura del nuevo año académico de la Pontificia Facultad Teológica de Sicilia «San Giovanni Evangelista» y exhorta a iniciar «procesos de investigación teológica y social sobre el perdón». El padre Puglisi, el juez Livatino, los magistrados Borsellino y Falcone, «verdaderas cátedras» de justicia que invitan a la teología a contribuir al rescate cultural de un territorio aún marcado por la plaga de la mafia.
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
Hay desafíos «que el Mediterráneo plantea a la teología», porque «el anuncio del Evangelio» exige «el compromiso con la promoción de la justicia, la superación de las desigualdades y la defensa de las víctimas inocentes», como las de la mafia, y el teólogo, por tanto, debe dar «un salto de proximidad, que completa el salto de fe», mirando la «realidad humana» como lo hizo Cristo, «que se rebajó hasta llegar a ser el más pequeño de los hombres». El Papa Francisco confía estos desafíos a la Pontificia Facultad Teológica de Sicilia «San Giovanni Evangelista», con sede en Palermo, con motivo de la apertura del nuevo año académico este 16 de octubre, y los resume en una intervención en vídeo. Son: “diálogo ecuménico con Oriente; diálogo interreligioso con el Islam y el judaísmo; la defensa de la dignidad humana en el nuestro mar” – muchas veces un lugar donde prevalece la “lógica de la muerte” -; “la fuerza cultural y social de la religiosidad popular”; “el recurso de la literatura para la redención de la dignidad cultural de los pueblos”; el “grito de las víctimas de la mafia”. Por eso necesitamos una teología que se desarrolle en la vida concreta del hombre.
“El Mediterráneo necesita una teología viva, que cultive plenamente su dimensión contextual, convirtiéndose en un llamamiento para todos. Cultiven esta teología con la promesa de la historia, así como Dios en la carne del Hijo se comprometió con nuestras lágrimas y nuestras esperanzas”.
La teología mediterránea
Resumiendo, el discurso pronunciado ante los estudiantes, Francisco, siguiendo «las huellas de San Juan Pablo II, que visitó la Facultad de Sicilia el 21 de noviembre de 1982, con motivo de su visita pastoral a Belice» y a la capital siciliana, subraya que «se trata de aprender el oficio de la teología”, tejiendo “redes evangélicas de salvación, a lo largo de las costas sicilianas del Mediterráneo”. Todo esto debe «provocar el asombro del encuentro y de la amistad», porque el asombro es «precisamente el nervio que suscita la fe»
“He aquí la tarea de la teología desde el Mediterráneo: tejer redes de salvación, redes evangélicas fieles al modo de pensar y amar de Jesús, construidas con los hilos de la gracia y entrelazadas con la misericordia de Dios, con las que la Iglesia pueda continuar ser, también en el Mediterráneo, signo e instrumento de salvación para el género humano. Y así es como la teología puede amar, puede convertirse en caridad”.
Contribuir a la redención de la mafia
Y si para tejer y reorganizar las redes a menudo nos arrodillamos, para esta teología de la proximidad necesitamos «el estilo del lavatorio de los pies y el del buen samaritano», observa Francisco, imaginando «las manos de los teólogos» narrando «el ‘abrazo de Dios’, ofreciendo ‘ternura’ -‘que es el estilo de Dios’-, levantando ‘a los que han caído’, orientando ‘a la esperanza”.
“La teología exige e incluye el testimonio hasta el sacrificio de la propia vida, hasta el don de sí mismo mediante el martirio. Esta tierra conoce grandes testigos y mártires, desde el padre Pino Puglisi hasta el juez Rosario Livatino, sin olvidar a los magistrados Paolo Borsellino y Giovanni Falcone, y muchos otros servidores del Estado. Son ‘verdaderas cátedras’ de justicia, que invitan a la teología a contribuir, con las palabras del Evangelio, a la redención cultural de un territorio aun dramáticamente marcado por la plaga de la mafia”.
Iniciar un laboratorio teológico y social del perdón
Para el Papa Francisco, la teología debe sumergirse en la historia y en la historia hacer brillar «la caridad de Cristo». De ahí la invitación a la Facultad de Teología de Sicilia a iniciar «procesos de investigación teológica y social sobre el perdón, en la encrucijada de la legalidad, de la resistencia y de la santidad».
“¡Comience con creatividad un verdadero laboratorio teológico y social del perdón, para una verdadera revolución de la justicia! Y ésta, me gusta decir, es la vocación de vuestra isla”.
Cultivar el diálogo ecuménico e interreligioso
En Sicilia «diferentes culturas, historias y rostros se encuentran en armonía», observa luego el Papa, y por eso la teología debe «cultivar el diálogo con las Iglesias hermanas de Oriente que también miran al Mediterráneo», pero también hay que cuidar el diálogo con otras religiones.
“El camino del diálogo ecuménico e interreligioso, por difícil que sea, es el que debe proponerse y apoyarse a través de experiencias de encuentro, también de comparación y colaboración en la escucha común del Espíritu Santo. Es el legado de muchos mártires del diálogo en el Mediterráneo. Por tanto, les ha sido confiada la misión de constituirse en laboratorio de una teología del diálogo ecuménico y de una teología de las religiones que conduzca a una teología del diálogo interreligioso. Siempre la palabra ‘diálogo’, ‘diálogo’: apertura”.
La fructífera comparación con la literatura
Además, no hay que olvidar la fructífera «comparación entre teología y literatura», realizada también en el marco de las investigaciones de la Facultad de Teología de Sicilia, «sobre todo para la elección de reconocer ese sentimiento de fe que pertenece a la experiencia del pueblo». Para Francisco, la literatura «permite una lectura de la realidad siciliana y mediterránea», y esto ayuda a «redescubrir» la propia «identidad en nombre del diálogo». Los escritos de Pirandello, Verga y Sciascia son emblemáticos y nos han permitido comprender «el polifacético pensamiento siciliano». Por este motivo el Papa insiste en la necesidad de «una teología que, desde lo alto de la cruz y de rodillas ante los demás, utilice palabras humildes, sobrias y radicales, para ayudar a todos a acercarse a la compasión». Palabras, concluye el Pontífice, que «enseñan a crear redes de salvación y de amor».
Se publicó primero como El Papa: Sicilia sigue plagada de mafia, la teología ayude al rescate cultural