Destacando la creciente catástrofe humanitaria para los civiles en el Día de la Independencia del Líbano, la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, advirtió sobre una sensación prevaleciente de incertidumbre y miedo a medida que la guerra continúa.
“En las últimas semanas, Israel intensificó dramáticamente sus ataques aéreos e incursiones terrestres, y esto ha profundizado la catástrofe humanitaria que ha afectado a los civiles”, afirmó Ivo Freijsen. ACNUR Representante en el Líbano. “Las últimas semanas han sido las más mortíferas y devastadoras para el Líbano y su pueblo en décadas”.
Crisis de desplazamiento masivo
Hasta la fecha, cerca de un millón de personas han sido desplazadas en todo el Líbano (una de cada cinco de la población) y casi 600.000 personas han cruzado la frontera hacia Siria.
Según las autoridades, hasta el 20 de noviembre se han producido casi 3.600 muertes confirmadas, incluidos más de 230 niños y más de 15.000 heridos.
Hablando desde el país devastado por la guerra, Freijsen pidió asistencia internacional para “incrementar la asistencia invernal; ha empezado a llover y en algunas zonas ha caído la primera nevada… tenemos por delante un enorme esfuerzo colectivo que debemos llevar a cabo en términos de crear mejores condiciones para todos los desplazados mediante asistencia invernal específica y mejores viviendas”.
El funcionario de ACNUR destacó la necesidad de garantizar la igualdad de acceso a la vivienda para todas las personas desplazadas, en particular los refugiados que ya se encontraban en una situación extremadamente precaria antes de esta crisis. La respuesta de la agencia incluye asesoramiento, apoyo comunitario y creación de espacios seguros para quienes corren mayor riesgo. Hasta la fecha, ha llegado a más de 100.000 personas durante la emergencia actual y apoya una red de 44 centros de salud en todo el país, incluido el suministro de equipos que salvan vidas, como kits de traumatología.
Según la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas (OMS), uno de cada 10 hospitales ha dejado de funcionar o se ha visto obligado a reducir los servicios mientras continúan los ataques a la atención sanitaria y al personal.
Ambulancias apuntadas
«Un sello distintivo del conflicto en el Líbano es lo destructivo que ha sido para la atención sanitaria y esto no tiene precedentes en ningún nivel», afirmó el Dr. Abdinasir Abubakar, representante de la OMS en el país.
Citando Datos de la agencia de salud de la ONUseñaló que casi 330 trabajadores de la salud han sido asesinados en el Líbano desde el 8 de octubre del año pasado, y «el 47 por ciento de estos ataques a la atención sanitaria han resultado fatales».
Cuando se le pidió que explicara esta elevada tasa de mortalidad, el Dr. Abubakar añadió que en primera línea «Se han atacado más ambulancias, y cada vez que se ataca a una ambulancia, tres, cuatro o cinco paramédicos han muerto».
En una actualización desde el cruce fronterizo entre Líbano y Siria en Jdaidet Yabous, el Representante de ACNUR en Siria, Gonzalo Vargas Llosa, informó que aproximadamente 560.000 personas han buscado refugio dentro de Siria desde el 24 de septiembre: alrededor del 65 por ciento son sirios y el resto son libaneses. Sin embargo, cruzar la frontera sigue siendo extremadamente peligroso tanto para los civiles como para los trabajadores humanitarios.
“De nuestra interacción con los sirios y libaneses con los que hablamos en la frontera se desprende claramente que bombardeos de las FDI en cruces fronterizos, incluido el lugar en el que estoy aquí, que ha sido bombardeado al menos dos veces en las últimas semanas – Esto ha tenido un efecto importante en la reducción del número. Los sirios y los libaneses tienen mucho miedo de utilizar estas rutas de escape”, dijo Vargas Llosa, hablando con periodistas en Ginebra por videoconferencia.
Desesperación y peligro en la frontera
Alrededor de 50 ciudadanos libaneses regresan al Líbano cada día en respuesta a la “desastrosa” situación económica en Siria, junto con un número menor de sirios, continuó el funcionario de ACNUR.
“Regresan porque no pueden llegar a fin de mes aquí porque no reciben suficiente apoyo, y piensan que también podrían estar mejor en el Líbano. Nuevamente, se trata de cifras muy, muy pequeñas. Pero para nosotros, Incluso las cifras pequeñas son señales preocupantes”.