“Este año se cumplen 20th aniversario del tsunami del Océano Índico, uno de los desastres más mortíferos de la historia reciente. Más de 230.000 personas perdieron la vida”, dijo Guterres en su mensaje del día.
El Secretario General destacó que aproximadamente 700 millones de personas en todo el mundo siguen en riesgo de tsunamis, y enfatizó que la mejor protección proviene de la iniciativa de Alertas Tempranas para Todos de la ONU, que tiene como objetivo garantizar el acceso universal a sistemas de alerta que salvan vidas.
Aunque los tsunamis son raros, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) informa que se encuentran entre los peligros naturales más mortíferos de la Tierra.
Estos sistemas de olas enormemente poderosos –normalmente desencadenados por terremotos submarinos, erupciones volcánicas o deslizamientos de tierra– han causado más de 260.000 muertes durante el último siglo, con pérdidas económicas que superan los 280.000 millones de dólares.
Según la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la agencia de asuntos científicos de la ONU, UNESCO, las olas de un tsunami pueden golpear las costas a los pocos minutos de un evento desencadenante, viajando a través de los océanos a velocidades de hasta 800 kilómetros por hora.
Brechas en la cobertura global
Los sistemas de alerta temprana han demostrado su éxito en la reducción de muertes y pérdidas económicas causadas por desastres en todo el mundo, con un retorno de la inversión casi diez veces mayor a través de vidas salvadas y daños evitados.
“Dado que el cambio climático inducido por el hombre conduce a condiciones meteorológicas y climáticas más extremas, Los sistemas de alerta temprana no son un lujo, sino herramientas rentables que salvan vidas.”, dijo Guterres al lanzar la iniciativa Alertas Tempranas para Todos en 2022.
A pesar de los avances tecnológicos en la predicción y el seguimiento de desastres, persisten desafíos importantes. Según evaluaciones recientes de la ONU, sólo la mitad de los países de todo el mundo informan que tienen sistemas adecuados de alerta temprana contra riesgos múltiples.
El impacto es particularmente severo en las regiones en desarrollo, donde los desastres relacionados con el clima causan quince veces más muertes en comparación con otras partes del mundo.
La iniciativa Alertas Tempranas para Todos de la ONU, lanzada en 2022, tiene como objetivo eliminar esta brecha crítica para 2027.
Los desastres recientes ponen de relieve los desafíos
Las recientes y devastadoras inundaciones en España, que se cobraron al menos 150 vidas, han puesto de relieve el papel crucial de los sistemas de alerta temprana.
Si bien los servicios meteorológicos españoles emitieron numerosas alertas, la intensidad del desastre puso de manifiesto los crecientes retos que plantea el cambio climático. La Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET) emitió sus avisos meteorológicos “rojos” de nivel más alto antes del desastre, pero la intensidad sin precedentes de las precipitaciones –y algunas zonas recibieron sus precipitaciones anuales típicas en sólo 24 horas– superó las salvaguardias existentes.
“Como resultado del aumento de las temperaturas, el ciclo hidrológico se ha acelerado. Se ha vuelto más errático e impredecible, y nos enfrentamos a problemas cada vez mayores de exceso o escasez de agua”, explicó la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo.
Construyendo resiliencia comunitaria
El tsunami del Océano Índico de 2004 catalizó la cooperación mundial en preparación para desastres, lo que llevó a la creación de un sistema de alerta que ahora protege a 27 países. Sin embargo, los expertos enfatizan que los sistemas de alerta sólo son efectivos cuando las comunidades saben cómo responder.
«La educación es vital para salvar vidas y, como nos recuerda el tema de este año, la participación de niños y jóvenes es fundamental», subrayó Guterres, instando a los gobiernos y socios de las comunidades costeras a garantizar que las poblaciones comprendan los procedimientos de evacuación.
El Secretario General concluyó con un llamado a la acción inmediata: “Juntos, aseguremos que el futuro de las personas no sea arrasado por los tsunamis. Fomentemos la resiliencia… ahora”.