InicioSaludPeces enganchados a las drogas: un mal augurio para los humanos

Peces enganchados a las drogas: un mal augurio para los humanos

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Un estudio de «alerta roja» muestra que el fentanilo y otras drogas están llegando al agua y a las criaturas que la consumen… incluidos nosotros.

Por Logan H. Merrill 5 de enero de 2025, para la revista FREEDOM

Nadie quiere hacerlo (porque no hay beneficio en ello), pero, según numerosos informes, nuestros ríos, lagos, arroyos y océanos se están convirtiendo en enormes vasos de química que contienen potentes drogas como fentanilo, cocaína y metanfetamina, entre otras.

Los bebedores de nuestras nuevas vías fluviales cargadas de fármacos son quienes las habitan: la vida marina.

En el Golfo de México, fueron los delfines: 24 de los 89 delfines estudiados contenían rastros de fentanilo. Hussain Abdulla, catedrático de Química de la Universidad A&M de Texas-Corpus-Christi, calificó los hallazgos de «señal de alarma» de que los productos farmacéuticos se están abriendo paso en el escenario ecológico mundial como una amenaza creciente de microcontaminantes. «Esto es preocupante y debemos prestar atención», afirmó.

Los peces adictos eligieron el agua con metanfetamina; los no adictos no tenían esa preferencia.

Los delfines que ingirieron fentanilo y ocupan aguas cercanas a la frontera mexicana, donde se ha popularizado el contrabando de drogas a través del Golfo, podrían ser una pista de la procedencia del opioide sintético.

Un estudio anterior que mostraba tiburones en Brasil con cocaína en su organismo indica que el fentanilo no es la única droga de la que preocuparse.

«Tenemos que investigarlo más a fondo y [ver] la magnitud del problema», añadió el profesor Abdulla. «¿Es sólo local en el Golfo de México o en realidad es mundial?».

Ya se ha investigado, profesor, y sí, es mundial.

Científicos del Reino Unido informaron en 2019 de la presencia de cocaína en camarones de agua dulce en 15 de los 15 ríos de los que tomaron muestras.

Dos años después, un artículo publicado en el Journal of Experimental Biology decía: «Nuestros resultados sugieren que la emisión de drogas ilícitas en los ecosistemas de agua dulce causa adicción en los peces y modifica las preferencias de hábitat con consecuencias adversas inesperadas.»

En concreto, la adicción a la metanfetamina en peces salvajes está provocando cambios en su comportamiento con resultados catastróficos. Los investigadores pusieron a truchas marrones «adictas a la metanfetamina» en «abstinencia» (es decir, en tanques libres de drogas) durante 10 días, tiempo durante el cual se comprobó si preferían agua dulce o contaminada con metanfetamina. Los peces adictos eligieron el agua contaminada con metanfetamina, mientras que los no adictos no mostraron ninguna preferencia. Los peces adictos también presentaban indicadores de abstinencia. Se movían menos -señal de estrés- y su «interés» por actividades como comer o reproducirse podía disminuir como consecuencia. Los investigadores especularon además con la posibilidad de que ese cambio en su comportamiento natural afectara a su capacidad de supervivencia, al ser menos propensos, por ejemplo, a eludir a los depredadores.

En junio, el profesor adjunto de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas Michael Bertram, coautor del estudio, declaró a The Guardian: «En todo el mundo se encuentran principios activos farmacéuticos en los cursos de agua, incluso en organismos que podríamos comer». «Hay varias vías para que estas sustancias químicas entren en el medio ambiente. Una de ellas es el tratamiento inadecuado de los fármacos que se liberan durante su producción. Otra es durante el uso. Cuando un ser humano se toma una pastilla, no todo ese fármaco se descompone dentro de nuestro cuerpo, por lo que, a través de nuestros excrementos, el efluente se libera directamente al medio ambiente».

Un examen de la química cerebral de los peces expuestos a las drogas reveló cambios paralelos a los de los adictos humanos; los marcadores cerebrales persistieron incluso después de que desaparecieran los cambios de comportamiento, lo que indica que, al igual que los humanos, la exposición a las drogas también puede tener efectos a largo plazo en otras especies.

En resumidas cuentas, se trata de un paso atrás en la evolución, totalmente provocado por el hombre.

Creíamos que nuestros problemas sociales nos llevaban al infierno, pero nos equivocábamos.

En su lugar, se han sumergido en el agua, hogar del 94% de la vida en la Tierra.

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