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Jóvenes navegantes para curar las heridas del Mare Nostrum

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Comunicado de www.vaticannews.va — Jóvenes navegantes para curar las heridas del Mare Nostrum

Fue presentada en la Oficina de Prensa de la Santa Sede la iniciativa MED 25 – Le Bel Espoir: de marzo a octubre, 200 chicos y chicas navegarán hacia treinta puertos diferentes donde se celebrarán sesiones de formación, conferencias y festivales. El evento ilustrado por los cardenales Aveline y Omella, que expresaron sus mejores deseos al Papa.

Federico Piana – Ciudad del Vaticano

Doscientos jóvenes de todas las culturas y confesiones procedentes del Norte de África, Oriente Medio, Mar Negro y Egeo, Balcanes y Europa con un único sueño común: construir la paz y la justicia en todas esas naciones ribereñas del Mediterráneo devastadas por conflictos étnicos, políticos y religiosos, desgarradas por una pobreza que cada año obliga a cientos de miles de personas a huir en busca de una vida mejor, y puestas en crisis por el cambio climático que les arrebata tierras y recursos para su posible y natural desarrollo. Ellos serán la tripulación especial del barco de la paz Le Bel Espoir -que en francés significa la bella esperanza- que desde el primero de marzo hasta finales de octubre se dividirá en ocho grupos de veinticinco personas para un viaje que tocará las cinco orillas del Mare Nostrum: una treintena de puertos en los que los chicos y chicas participarán en sesiones de formación, conferencias y festivales.

PAGromover el diálogo

La iniciativa, bautizada MED 25 – Le Bel Espoir, surge tras los Encuentros del Mediterráneo celebrados en años anteriores en Bari, Florencia, Marsella y Tirana, y fue presentada este jueves 20 de febrero en la Oficina de Prensa de la Santa Sede en presencia del cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, a quien el Papa Francisco ha confiado la tarea de promover y construir la paz en el Mediterráneo, el cardenal Juan José Omella Omella, arzobispo de Barcelona, monseñor Giuseppe Satriano, arzobispo de Bari-Bitonto y el padre Alexis Leproux, vicario episcopal de la archidiócesis de Marsella encargado de las relaciones con el Mediterráneo. Los dos cardenales y el prelado recordaron en primer lugar al Papa Francisco, deseándole un pronto restablecimiento de su salud y estigmatizando el «ruido» y la superficialidad de las fake news puestas en circulación.

No.gnarse

«No nos resignamos a dejar que el Mediterráneo se convierta en un campo de batalla o en un cementerio. Nos negamos a que los argumentos políticos y los conceptos de globalización prevalezcan sobre el encuentro entre personas, que siempre son singulares y únicas. Nuestros miedos no deben prevalecer sobre nuestras esperanzas«, declararon los organizadores, según los cuales sigue existiendo la firme convicción de que el Mediterráneo es también heredero de una memoria feliz: «Su historia de convivencia e intercambio, rica en numerosas tradiciones filosóficas y espirituales, encierra la clave de la reconciliación entre los pueblos, las culturas y las religiones».

Etapas intermedias

El velero, de 29 metros de eslora y compuesto por tres mástiles, zarpará del puerto de Barcelona y tendrá un intenso programa: las primeras escalas, por ejemplo, serán Malta, donde se hablará de la mujer y el Mediterráneo, Chipre, donde se abordará el tema del diálogo entre las distintas confesiones, y Turquía, donde se explorará la relación entre el desarrollo y la protección del medio ambiente. Durante el viaje, además, los jóvenes podrán hacer otras escalas en puertos intermedios, y a bordo vivirán momentos de convivencia y fraternidad capaces de reforzar una red de solidaridad y amistad realmente al alcance de todos.

Aveline: «Escuchar y coMpartir «

En su discurso, el cardenal Jean-Marc Aveline explicó cómo este proyecto se compone de cuatro acciones importantes: «Escuchar las heridas y los recursos de las cinco orillas, suscitar y compartir proyectos con otros partners con los que colaborar, vivir la sinodalidad y la fraternidad, construir una cultura del diálogo y de la paz». El cardenal Aveline -que expresó su cercanía al Papa y deseó que se recupere bien- hizo saber a continuación que cada grupo que participe en el viaje «escribirá el capítulo de un libro que será entregado al Santo Padre y a los alcaldes de las zonas tocadas por el barco».

Omella: «Atceptar la diversidad»

«La participación de los jóvenes en esta iniciativa pretende construir la esperanza», afirmó el cardenal Juan José Omella Omella, según el cual «las diversidades reconocidas, reconciliadas, aceptadas y valoradas contribuyen al crecimiento de todas las identidades nacionales y religiosas que el Mediterráneo necesita». El cardenal también dirigió un pensamiento al Papa: «Estamos en oración por la mejora de su salud».

Leproux: «narración compartida»

El padre Alexis Leproux habló también de la necesidad de asumir el deber de la identidad para llegar a una narración justa y compartida. «Ciertamente, el diálogo no surge espontáneamente, pero es necesario llegar a una cultura que lo promueva y lo apoye. Del mismo modo que es necesaria la difusión de una cultura de la diplomacia».

Satriano: «No es sólo un acontecimiento»

Ahora bien, MED 25 – Le Bel Espoir no es sólo un acontecimiento, es algo más, concluyó monseñor Giuseppe Satriano: «Es un proceso que comenzó en Bari en 2020, donde experimentamos una confrontación abierta y sin límites. No podemos ser indiferentes al sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas. Y este es el deseo más profundo del Papa que ha querido que la Iglesia emprenda este camino».

Se publicó primero como Jóvenes navegantes para curar las heridas del Mare Nostrum

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