Kagera- Washington Mushobozi, que estuvo aislado en un centro de tratamiento de la enfermedad del virus de Marburg, dice que no sabe si podría haber hecho frente a perderse el funeral de su madre si no hubiera sido por la calidez y la amabilidad de los trabajadores sociales que lo ayudaron a superar su dolor.
“Son buenas personas, Dios los bendiga”, dice sobre trabajadores sociales de la salud como Rebecca Gwambasa, la experta psicosocial que dirigió el pilar de apoyo psicosocial de salud mental (MHPSS) durante la respuesta al brote de la enfermedad del virus de Marburgo en Kagera en marzo de 2023. .
“Los colegas de salud mental y apoyo psicosocial nos visitaron en el centro de tratamiento, hablaron con nosotros y nos ayudaron a conectarnos con la familia. Ayudó mucho”. Dr. Hagai Nkya, sobreviviente de Marburg
Previo a la confirmación del brote, 89 trabajadores de la salud fueron puestos en cuarentena tras tener contacto con los primeros casos. Los casos sospechosos también se aislaron a medida que se intensificaron los esfuerzos para controlar la exposición al virus.
Con el apoyo de la Unión Europea, la OMS en la Región de África capacitó a 72 funcionarios de bienestar social de cinco de las regiones de Tanzania clasificadas como de alto riesgo de brotes, brindándoles habilidades para abordar los desafíos de salud mental asociados con las emergencias. Esta capacitación se sumó al desarrollo de lineamientos y estructuración de funciones de apoyo psicosocial en salud mental a nivel central y subnacional. Ocho de estos oficiales fueron enviados a Kagera, lo que resultó fundamental para la respuesta al brote de Marburg.
Un total de 48 personas requirieron tratamiento por shock y depresión asociados al brote, mientras que se brindó apoyo psicológico a otras 212 que estuvieron aisladas durante 21 días, luego de entrar en contacto con personas infectadas con el virus. En total, unas 1400 personas se beneficiaron de los servicios de asesoramiento.
“A través de este servicio, la gente se tranquilizó y entendió que su aislamiento era por su bien y el de todos”. Milton Buchwa, director ejecutivo de barrio, Kanyangereko
Gwambasa enfatiza que mantenerse alejado de familiares y amigos tiene un alto costo emocional tanto para los miembros de la comunidad como para los trabajadores de la salud. Aquellos en aislamiento están bajo un estrés severo, a menudo no pueden dormir adecuadamente, y cualquier problema de salud mental existente se exacerba aún más.
“Los colegas de MHPSS nos visitaron en el centro de tratamiento, hablaron con nosotros y nos ayudaron a conectarnos con la familia. Ayudó mucho”, recuerda el Dr. Hagai Nkya, un científico de laboratorio que estuvo entre los trabajadores de la salud aislados en la unidad de tratamiento de Bujunangoma Marburg durante el brote.
El apoyo psicosocial en salud mental durante emergencias sanitarias avanzó rápidamente durante la pandemia de COVID-19, y se realizaron mayores esfuerzos para reforzar su criticidad.
Para apoyar su trabajo en Kagera, la capacitación se impartió en cascada a los compañeros y miembros de la comunidad, incluidos los maestros, quienes se convirtieron en los ojos y oídos de la respuesta en las comunidades. “Orientamos a docentes de escuelas que estaban cerca de comunidades que tenían contactos o casos sospechosos. Nos ayudaron con la carga de trabajo”, dice Gwambasa.
Milton Buchwa, director ejecutivo del distrito de Kanyangereko, donde se produjo el brote, dice que no puede enfatizar lo suficiente la importancia de los servicios de salud mental en situaciones de emergencia. “A través de este servicio, la gente se tranquilizó y entendió que su aislamiento era por su bien y el de todos. Los expertos también nos ayudaron a identificar a las personas que necesitaban apoyo de salud mental y que antes no estaban identificadas”, dice.
