Comunicado de www.vaticannews.va —
Con ocasión de la 11ª reunión de los Estados miembros de la Convención que prohíbe el uso de estas municiones, la delegación vaticana en Ginebra destacó que el uso de estas armas «representa una amarga derrota para las personas inocentes que sufren la crueldad del conflicto».
Michele Raviart – Ciudad del Vaticano
La Santa Sede pide a todas las partes en conflicto en Ucrania que cesen inmediatamente el uso de bombas de racimo y relanza el incesante llamamiento del Papa Francisco a movilizarse por la paz en este país devastado por la guerra. Así lo ha reiterado la delegación de la Santa Sede que ha intervenido hoy en Ginebra en la 11ª reunión de los Estados parte de la Convención sobre Municiones de Racimo, presidida por Irak. «Las semillas de la paz», de hecho, «residen en el diálogo sincero y en la aplicación del derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario» y «el legado mortal de las bombas de racimo representa una amarga derrota para las personas inocentes que sufren la crueldad del conflicto, así como para el logro de un desarrollo humano integral y la preservación de la estabilidad y la paz».
Bienvenidas las nuevas adhesiones
Las bombas de racimo sin explotar permanecen en el suelo durante décadas, causando daños a la población civil comparables a los de las minas antipersona. Por eso, la comunidad internacional firmó en 2018 una convención internacional suscrita por 123 países, pero no por Rusia, Ucrania y Estados Unidos, entre otros. Por ello, la Santa Sede felicitó a Nigeria por ratificar la Convención y a Sudán del Sur por ratificarla. Cada país que se adhiere a este acuerdo, explicó la delegación vaticana, «representa un impulso renovado hacia la universalidad del mismo, asegurando que cada vez haya menos víctimas en el futuro y que quienes ya han sido trágicamente afectados por las bombas de racimo puedan ser adecuadamente asistidos».
La obligación legal de apoyo a las víctimas
El apoyo a las víctimas es una de las obligaciones legales de la Convención y una de las razones de su existencia. Por ello, el enérgico llamamiento de la Santa Sede, al felicitar el compromiso y la generosidad de los Estados miembros, se dirige a todos los Estados que aún no son parte del acuerdo para que se adhieran a él. Esto sería «una reafirmación inequívoca del valor preeminente e intrínseco de la dignidad humana y de la centralidad de la persona». «El retraso y el fracaso de los compromisos de un Estado miembro», concluyó la delegación, «es el fracaso de todos y esto se mide inevitablemente en pérdida de vidas o retraso en la asistencia a las víctimas. Del mismo modo, el éxito de uno es también el éxito de todos». Por ello, la Santa Sede felicita a los Estados miembros que están desmantelando sus arsenales de bombas de racimo.
Se publicó primero como La Santa Sede ante la ONU: basta de bombas de racimo en Ucrania