Los contaminantes transportados por el aire son uno de los riesgos más importantes para la salud ambiental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) de las Naciones Unidas, el 99 por ciento de la población mundial respira aire contaminado, y la exposición es significativamente peor en los países de ingresos bajos y medianos.
La naturaleza generalizada de la contaminación del aire requiere una colaboración global. El tema de este año, Juntos por el aire limpio, aborda la necesidad urgente de alianzas internacionales más fuertes, mayor inversión y responsabilidad colectiva para reducir la contaminación del aire.
“Los problemas globales requieren soluciones globales. Debemos actuar juntos para lograr un aire limpio”, dijo Guterres.
“Juntos debemos acelerar una transición justa y equitativa desde los combustibles fósiles, en particular el carbón, hacia energías renovables limpias, garantizando al mismo tiempo que nadie se quede atrás”.
La contaminación del aire
La contaminación del aire se define como cualquier contaminante químico, físico o biológico que modifica las características naturales de la atmósfera.
Las fuentes más comunes de contaminación del aire son las cocinas domésticas y otros dispositivos de combustión, los automóviles, las instalaciones industriales y los incendios forestales. La contaminación del aire existe tanto en el exterior como en el interior, y ambos afectan gravemente la salud humana.
Los contaminantes que son particularmente peligrosos incluyen el monóxido de carbono, el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre.
La contaminación del aire también incluye PM2,5, partículas inhalables de menos de 2,5 micrómetros de diámetro, menos que el del cabello humano.
Estas partículas son invisibles para el ojo humano y pueden penetrar profundamente en los pulmones, donde pueden causar inflamación, ingresar al torrente sanguíneo y dañar el corazón y el cerebro.
Impactos en la salud
La exposición aumenta drásticamente el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y pulmonares, cáncer y otras dolencias, lo que provoca más de 6,7 millones de muertes prematuras al año, según la OMS.
La contaminación del aire también afecta a las plantas, reduce el rendimiento de los cultivos y afecta la seguridad alimentaria. Empeora la desigualdad social y de género y ralentiza el desarrollo económico, limitando la capacidad de los países para cumplir sus objetivos de desarrollo.
«La exposición a cualquier nivel puede tener implicaciones para la salud que perjudican la calidad de vida y conllevan costos para el individuo, nuestras sociedades y nuestras economías», dijo Martina Otto, jefa de la secretaría del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sobre Clima y Coalición de Aire Limpio.
“Hemos tendido a expresar los impactos en la salud a través del número de muertes prematuras. Pero nuestra calidad de vida cotidiana también se ve afectada. La contaminación del aire afecta a todos los grupos de edad, pero los más vulnerables son los que más sufren”, añadió.
“Así como reducir la contaminación del aire es clave para mejorar la salud humana, también lo es para abordar la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los desechos, además de ayudarnos a alcanzar varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ”, dijo la Sra. Otto.
Opciones inteligentes
Las soluciones para mejorar la calidad del aire varían según los contextos y sectores locales.
A nivel individual, las personas pueden iniciar el cambio tomando decisiones que promuevan el aire limpio, como realizar compras respetuosas con el medio ambiente y utilizar métodos de transporte y cocina más limpios.
Las empresas y corporaciones pueden agregar la calidad del aire a las consideraciones de responsabilidad social corporativa, monitorear e informar públicamente las emisiones contaminantes y promover programas que reduzcan las emisiones.
Cambio hacia energías limpias
Los gobiernos deben crear y hacer cumplir estándares de contaminación del aire para lograr los hitos descritos en las directrices de la Organización Mundial de la Salud de 2021, además de aumentar su capacidad para monitorear la calidad del aire.
“Juntos, debemos acelerar una transición justa y equitativa desde los combustibles fósiles, en particular el carbón, hacia energías renovables limpias, garantizando al mismo tiempo que nadie se quede atrás”, dijo Guterres.
“Nuestro aire es un bien común y una responsabilidad común. Trabajemos juntos para limpiarlo, proteger nuestra salud y dejar un planeta sano para las generaciones venideras”.
El día internacional
El Día Internacional del Aire Limpio para un cielo azul, que se conmemora anualmente el 7 de septiembre, fue establecido en 2019 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que reconoció la importancia del aire limpio y el impacto de la contaminación del aire en la salud humana y los ecosistemas, en particular su afecta desproporcionadamente a las mujeres, los niños y las personas mayores.
