Brujas: una ciudad encantada para visitar en invierno
Brujas, una pequeña y pintoresca ciudad situada en Bélgica, suele considerarse un destino de ensueño para visitar en verano. Sin embargo, no se debe subestimar el encanto de esta ciudad en invierno. De hecho, Brujas se transforma en una auténtica ciudad encantada cuando la nieve cubre sus calles adoquinadas y las luces navideñas iluminan sus canales.
Cuando caminas por las calles de Brujas en invierno, te sientes como si estuvieras entrando en un cuento de hadas. Las casas medievales con sus coloridas fachadas se mezclan perfectamente con el paisaje invernal, creando una atmósfera mágica. Los canales, que ya son magníficos en verano, se vuelven aún más bellos cuando se cubren con una fina capa de hielo. Incluso puedes dar un paseo en barco por los canales para admirar la ciudad desde una perspectiva diferente.
Uno de los principales atractivos de Brujas en invierno es su mercado navideño. Ubicado en la plaza del mercado, este mercado está lleno de chalets de madera donde puedes comprar regalos navideños únicos, adornos hechos a mano y, por supuesto, delicias tradicionales como gofres y chocolates belgas. También puedes aprovechar la pista de hielo instalada junto al mercado navideño para probar suerte con el patinaje sobre hielo, una actividad imprescindible en invierno.
Si eres amante del arte, Brujas no te decepcionará. La ciudad alberga numerosos museos donde entrar en calor mientras descubres obras maestras. El Museo Groeninge, por ejemplo, expone una colección de arte flamenco que abarca desde la Edad Media hasta el siglo XX. También puedes visitar la Basílica de la Santa Sangre, que alberga una reliquia sagrada: una gota de la sangre de Cristo según la leyenda. Esta basílica es también una obra maestra arquitectónica que no debe perderse.
Además de su patrimonio artístico, Brujas también es conocida por su gastronomía. En invierno podrás degustar platos típicos de la cocina belga, como mejillones con patatas fritas, stoemp (puré de patatas con verduras) y como no, los famosos chocolates belgas. No dejes de visitar una fábrica de chocolate artesanal para ver cómo se elaboran estos deliciosos chocolates y, por qué no, comprar algunos como souvenir.
Para escapar del frío invernal, puedes detenerte en una de las muchas cafeterías de Brujas. Los cafés de la ciudad son famosos por su ambiente cálido y su decoración rústica. Podrás disfrutar de una taza de chocolate caliente o café mientras te calientas junto a una chimenea. Algunas cafeterías incluso ofrecen especialidades locales, como los gofres de Brujas, para vivir una experiencia aún más auténtica.
Por último, si tienes el coraje de afrontar el frío, no te pierdas un paseo por Minnewater Park. Este parque, también conocido como “Lago del Amor”, es un lugar tranquilo donde podrás disfrutar de la belleza de la naturaleza. En invierno, el lago suele estar helado, creando un paisaje encantador. También podrás pasear por los senderos del parque y admirar los majestuosos cisnes que allí habitan.
En conclusión, Brujas es una ciudad encantadora para visitar en invierno. Su ambiente mágico, sus mercados navideños, sus museos y su gastronomía la convierten en un destino imperdible para los amantes de la cultura y la belleza. Así que no dudes en ponerte el abrigo y salir a explorar esta mágica ciudad en tu próximo viaje.
Publicado anteriormente en Almouwatin.