«Los delitos contra la vida silvestre causan daños incalculables a la naturaleza y también ponen en peligro los medios de vida, la salud pública, la buena gobernanza y la capacidad de nuestro planeta para luchar contra el cambio climático», dijo Ghada Waly, Directora Ejecutiva de la ONUDD.
El Informe Mundial sobre Delitos contra la Vida Silvestre de la agencia hace un balance de los esfuerzos para contrarrestar la caza furtiva en todo el mundo. Aunque hay señales positivas de que el tráfico de algunas especies icónicas ha disminuido, incluidos los elefantes y los rinocerontes (gracias al desmantelamiento de grandes redes de tráfico y la supresión de la demanda en mercados clave), el panorama general sigue siendo sombrío para miles de plantas y animales protegidos.
Alcance y daño
Los delitos contra la vida silvestre tienen un profundo impacto global cuyas ramificaciones no siempre se comprenden claramente, insiste la ONUDD.
Los datos más recientes sobre especies traficadas incautadas entre 2015 y 2021 en 162 países y territorios indican que el comercio ilegal afecta aproximadamente a 4.000 especies de plantas y animales, de las cuales aproximadamente 3.250 figuran en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Durante el período que abarca el informe, los organismos encargados de hacer cumplir la ley confiscaron 13 millones de artículos por un total de más de 16.000 toneladas.
A pesar de su importante papel en la extinción de numerosas especies raras como orquídeas, suculentas, reptiles, peces, aves y mamíferos, el tráfico de vida silvestre a menudo pasa desapercibido para el público, según expertos de la ONU en prevención de delitos contra la vida silvestre.
Por ejemplo, se cree que la recolección ilegal para el comercio ha provocado la reciente extinción de varias especies de plantas suculentas en Sudáfrica. También ha provocado un agotamiento sustancial de las orquídeas raras, y las especies recién descubiertas rápidamente son objeto de cazadores furtivos y compradores.
Además de amenazar directamente a las poblaciones de especies, el tráfico de vida silvestre puede alterar ecosistemas delicados y sus funciones, particularmente socavando su capacidad para mitigar el cambio climático.
Además, los expertos en salud humana y animal han expresado constantemente su preocupación por los riesgos de enfermedades asociados con el comercio de vida silvestre en las últimas décadas. Estas preocupaciones abarcan la transmisión directa de enfermedades a los humanos a partir de animales vivos, plantas y productos de vida silvestre, incluida la carne de animales silvestres, así como amenazas más amplias a las poblaciones de vida silvestre, los ecosistemas y los sistemas de producción de alimentos.
Daño al medio ambiente y al clima causado por el tráfico ilícito de especies silvestres.
Un enemigo poderoso
El análisis de más de 140.000 incautaciones de tráfico de especies de vida silvestre entre 2015 y 2021 revela la intrincada participación de poderosos grupos del crimen organizado en la explotación de ecosistemas frágiles en todo el mundo, desde el Amazonas hasta el Triángulo Dorado (que abarca ampliamente el noreste de Myanmar, el noroeste de Tailandia y el norte de Laos). Las redes criminales transnacionales participan en diversas etapas de la cadena comercial, incluidas la exportación, la importación, la intermediación, el almacenamiento, la reproducción y la venta a los clientes.
Los traficantes adaptan continuamente sus métodos y rutas para evadir la detección y el enjuiciamiento, explotando lagunas regulatorias y debilidades en la aplicación de la ley, dijo la ONUDD. La corrupción agrava aún más la difícil situación de las plantas y los animales, y los funcionarios a menudo hacen la vista gorda ante las violaciones. A pesar de esto, los casos de delitos contra la vida silvestre rara vez se procesan bajo cargos de corrupción, lo que permite a los perpetradores escapar del castigo.
“Para abordar este delito, debemos igualar la adaptabilidad y agilidad del comercio ilegal de vida silvestre. Esto exige intervenciones fuertes y específicas tanto en el lado de la demanda como en el de oferta de la cadena de tráfico, esfuerzos para reducir los incentivos criminales y las ganancias, y una mayor inversión en datos, análisis y capacidades de monitoreo”, dijo Ghada Waly de la ONUDD.
Una madre rinoceronte y su cría duermen a la sombra en Ziwa Rhine and Wildlife Ranch en Uganda.
Hay esperanza
Análisis recientes del tráfico ilegal de elefantes y rinocerontes han demostrado que una estrategia integral que aborde tanto la demanda como la oferta ha dado buenos resultados. Pero este enfoque también debe combinarse con un mayor enfoque político, regulaciones de mercado más estrictas y acciones policiales específicas contra los principales traficantes. Ha habido disminuciones significativas en la caza furtiva, las incautaciones y los precios de mercado de estas especies durante la última década, señaló la ONUDD.
