En una actualización programada en el principal foro de derechos de la ONU, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos explicó que la emergencia humanitaria allí relacionada con el golpe de 2021 había empeorado en los últimos meses.
«Tres años de régimen militar han infligido -y siguen infligiendo- niveles insoportables de sufrimiento y crueldad a la población de Myanmar», dijo, en medio de una escalada del conflicto armado en todo el país que se ha cobrado miles de vidas, incluso por ataques aéreos contra pueblos y ciudades.
Supresión de libertades
El Sr. Türk citó informes verificados que Más de 4.600 personas han sido asesinadas por el ejército desde febrero de 2021, incluidos cientos de mujeres y niños. Es probable que la cifra real de muertos sea mucho mayor, señaló el Alto Comisionado, al referirse a declaraciones de testigos que indicaban que cientos de civiles habían sido quemados vivos o ejecutados por los militares, incluidas mujeres.
Este “escalofriante desprecio por la vida humana” había ido acompañado de otras “violaciones generalizadas de los derechos fundamentales y del Estado de derecho” que continúan en todo el país, insistió Türk.
Hoy en Myanmar, más de 20.000 opositores al ejército, entre ellos 3.909 mujeres, todavía languidecen detenidos, afirmó el Alto Comisionado. La gente teme que puedan ser arrestadas por cualquier cosa en cualquier momento, continuó, citando múltiples relatos de malos tratos y otras violaciones.
“Es profundamente impactante leer los informes de mi Oficina sobre uso sistémico de la tortura contra detenidos políticos en comisarías, centros de interrogatorio militares y prisiones”, afirmó Türk.
Tensiones interétnicas
El jefe de derechos humanos de la ONU también sostuvo que El ejército había empleado milicias ultranacionalistas para avivar las tensiones interétnicas.. En relación con esto, la violencia había alcanzado niveles sin precedentes en el estado de Rakhine, con informes de que los civiles habían sido bombardeados y desplazados en masa.
Rakhine saltó a la fama internacional en 2017, cuando cientos de miles de personas de etnia rohingya huyeron del estado al vecino Bangladesh, después de lo que el ex jefe de derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, llamó un “ejemplo de libro de texto de limpieza étnica” por parte del ejército de Myanmar.
El año pasado, hasta 5.000 rohingya emprendieron viajes “peligrosos” en barco en busca de un refugio seguro y cientos más fueron detenidos mientras intentaban escapar a otras partes de Myanmar, dijo el Sr. Türk al Consejo.
También pidió el cese inmediato de las operaciones militares contra civiles, la liberación de los presos políticos y el pleno cumplimiento del derecho internacional de derechos humanos.
El Sr. Türk enfatizó la urgente necesidad de solidaridad y apoyo global para poner fin a la crisis de derechos humanos que azota a la nación, incluida la limitación del acceso de los militares a los suministros de armas.
“Durante los últimos tres años, el pueblo de Myanmar lo ha sacrificado todo y ha mantenido vivas sus aspiraciones de un futuro mejor y más seguro. Necesitan que toda la comunidad internacional los apoye”, insistió el jefe de derechos humanos de la ONU.
